Parte 5

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Caminaron fuera de la habitación y siguieron hasta llegar al fondo del pasillo, entrando por una puerta. Al otro lado, había una pequeña sala, la cual se componía por un gran sofá de tres cuerpos, una mesa blanca, redonda, para cuatro personas; sillas a juego y estaba decorado con plantas y un empapelado color pastel en las paredes, todo bajo una cúpula de vidrio que fungía de techo y que dejaba ver el exterior. La Muggle se maravilló cuando estuvo dentro, sobre todo por la vista que recibía desde afuera, con el sol en lo alto del cielo, las montañas alrededor y los pájaros volando de vez en cuando sobre ellas

—Veo que te gusta —dijo Bellatrix observando el rostro de la mujer que estaba embelesada

—Es..., es precioso... —contestó Eleanor, costándole el mantener la boca cerrada. Vio como la bruja se acercaba hasta la mesa y ocupaba una de las sillas, invitándola a hacer lo mismo. Una vez sentadas frente a frente, se miró el vestido y dijo —¿No debería lavar esta ropa antes de conversar?

—Nah, yo he estado peor que tú por días, así que no me molesta —contestó —¡Kreacher!

El elfo apareció frente a ellas y la castaña dio un respingo ahogando un grito. Bellatrix se rio de la reacción de la mujer y le ordenó al elfo que les mandase un juego de té con galletas y fruta. El elfo asintió y a los segundos les hizo aparecer lo solicitado en el centro de la mesa

—Bien, ahora sí responderé a tus preguntas —dijo Bellatrix viendo el juego de tazas, tetera y una botella de whiskey. Kreacher sabía que tenía que enviarle una botella mediana de su licor favorito con todas las comidas, por lo que siempre lo tenía a mano. Levitó la tetera con su varita y sirvió una taza para la castaña, que la veía con los ojos abiertos a estar ella realizando aquella pequeña acción tan superflua

Eleanor no sabía por dónde empezar, pero se arriesgó con la primera pregunta —¿En dónde estamos?

Bellatrix sonrió ligeramente elevando la comisura derecha de su labio y respondió —Esta es la Mansión Black del Norte, estamos exactamente al norte de Escocia

La castaña abrió los ojos desmesuradamente —¡¿QUÉ?!, ¡¿pero cómo salimos de Inglaterra de un minuto a otro?! —

—Bueno, ¿ves este anillo? —dijo mostrando su mano —. Perteneció a los cabezas de mi familia por años, pasándolo por generaciones a los primogénitos. En mi caso, yo era la primogénita de mis padres y mi primo el de los suyos. A él lo repudiaron de la familia, pasando su hermano a ser el próximo Lord, pero murió y pasó a mí, por ende, tomé el título de Lady Black, siendo la que rige a todos los de mi familia, les guste o no. Con este anillo, puedo aparecerme en todas las mansiones que nos pertenece dentro de los bienes que tenemos, solo deseándolo y anoche quise venir aquí, así que..., eso — terminó encogiéndose de hombros

—O sea que no estoy soñando..., esto es de verdad —susurró Eleanor

—Es una broma que después de verme matar y torturar a un hombre, lo que fuera que haya sido tuyo, ¿aún tienes dudas?, insisto que los Muggles tienen problemas graves —se lamentó la bruja, llevando sus manos a la botella de whiskey que le habían aparecido y sirviendo un poco dentro de una taza de porcelana negra

—¿Me puedes decir que mierda son los Muggles?, y ¿cómo quieres que crea esto de un minuto a otro?, si antes de verte nunca había visto a alguien como tú —respondió subiendo ligeramente el tono de voz

Bellatrix bufó exasperada y respiró profundamente —Un Muggle es una persona no mágica, tú no eres bruja, ni corre magia por tus venas, lo que te convierte en Muggle —contestó, para luego beber un sorbo de su taza

El día que cambió mi vidaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant