Sorpresas (Stryker/Kabal)

198 13 4
                                    

—Baila conmigo.–

Kabal levantó la cabeza de donde había estado leyendo uno de los informes acerca de su última misión, una mirada de confusión cruzó su rostro mientras miraba al rubio parado frente a él con una mano extendida.

—Estoy trabajando, Kurt. No tengo tiempo para tonterías.–

Stryker bufó, gesticulando insistentemente con la mano aún extendida. —No es una tontería. Estoy sin práctica. Y créanme, si hubiera alguien más cerca, les pediría en lugar de a ti.– agregó en su típico tono sarcástico. —Solo una canción.–

Fue el turno de Kabal de hacer un sonido de indignación, levantando una ceja mientras evaluaba a su compañero con una mirada crítica.

—Yo no bailo.

—Oh, por favor, actúas como si te estuviera arrastrando frente a una audiencia con las Fuerzas Especiales para que dejen de hostigarnos. No hay nadie más aquí.– el rubio extendió la otra mano, señalando el cuartel vacío. —Una canción.– repitió insistente. —Es fácil. Solo sigue mis pasos.–

El pelinegro hizo una mueca.

—Muy bien. Un baile. Y nunca hablamos de eso.– si eso callaba a su compañero y lo volvía a dejar en su trabajo, Kabal supuso que podría lidiar con la indignidad de todo esto por un momento.

Stryker sonrió, una mueca de triunfo.

—Acércate, entonces.– volviendo a la consola en la que había estado trabajando antes de la propuesta repentina, el oficial presionó algunos botones. Los lentos comienzos de una melodía comenzaron a filtrarse a través de las bocinas, y cuando se dio la vuelta, Kabal había dejado su informe a un lado y estaba esperando.

—Pensé que elegirías algo diferente.– El tono no era exactamente crítico, solo curioso.

—Sabes que es lo mismo de lo que te quejas, la música de hoy en día no es buena, pero aprecio sus intentos de hacer música para bailar. Ahora vamos, si hablamos todo el día tendré que empezar de nuevo la canción.–

Sus manos encajan fácilmente, manos desnudas y delgadas son sostenidas por resistentes manos enguantadas en cuero. Stryker ya sabía qué pasos quería tomar, y parecía no tener ninguna preocupación en mente sobre si Kabal sería capaz de seguir el ritmo o no. O estaría a la altura de las circunstancias o se quedaría atrás y el simplemente se movería a su alrededor, usándolo como pieza central en lugar de como compañero de baile.

Para sorpresa de ambos, se movieron en conjunto. Da un paso adelante, da un paso atrás. Se juntan y se alejan. Era casi extraño ver cómo el hombre que era reservado hasta con su amigo marcaba el ritmo a la perfección con el ágil rubio, pero se movía con una gracia sorprendente.

Stryker eligió ser más atrevido. Deslizando una mano libre, aumentó el ritmo de sus pasos, lo que llevó a Kabal a girar y agacharse rápido, algo que no había intentado en un tiempo. Fue ejecutado a la perfección.

Demasiado perfectamente. Y Kurt se dio cuenta, de repente, que esta no era la primera vez que Kabal hacía esto. Justo cuando el impacto de esta revelación brilló a través de sus ojos, captó la sonrisa del ex-mercenario, y luego las manos de este lo atraparon.

Kabal de alguna manera había asumido el papel principal, tirando de Stryker en un vertiginoso giro y caída, sus pasos aumentaban la velocidad a medida que la canción aumentaba en volumen. Adelante, atrás, atrás y adelante de nuevo, giro de izquierda a derecha; los pequeños tacones de las botas del rubio ya no tocaban el suelo cuando su contrario lo levantaba por la cintura, dando vueltas con el y lo bajaba. Stryker jugó con el movimiento, sumergiéndose en una serie de rotaciones vertiginosas, levantando una pierna para girar repetidamente en la punta de un pie. La mano de Kabal nunca dejó la suya, estabilizándolo a través de los movimientos antes de que se unieran una vez más, dando un paso adelante, atrás, adelante. El ex-mercenario lo bajó y lo soltó de una mano, abriendo su brazo mientras lo acercaban una vez más. Con un último toque de sintetizadores, la canción llegó a su fin, dejándolos a dos pulgadas de distancia.

Los ojos de Kabal buscaron en los de Kabal por un momento antes de que el hechizo se rompiera y lo soltó, dio un paso atrás, cruzó los brazos con el más leve indicio de una sonrisa cruzando sus labios.

—Vaya, no sabía que habías hecho esto antes.

—Hay muchas cosas que no sabes sobre mí.– gruñó Kabal, volviéndose a sentar y tomando su informe una vez más.

El rubio lo miró por un momento más y regresó a su consola también. Y por una vez su tono no fue sarcástico cuando admitió el punto.

—Es triste que hayamos acordado que esto era algo único.–

—Eso podría cambiar.–

No se dio respuesta cuando las puertas se abrieron y aquella comandante rubia que tanto hostigaba a su equipo entró con más informes a revisar. No había rastro de los momentos que habían pasado entre ellos.

La insinuación de una sonrisa, sin embargo, había regresado, con Kabal tarareando la canción mientras se retiraba con la mujer.

Hola, nada mas vine a decir que la canción que están bailando es Africa de Toto, me encanta esa canción y solía bailarla bien bonito con un amigo. Vamos a bailar toda la noche cuando termine la cuarentena.

¡Adios!

Mortal Kombat FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora