El acuerdo

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El señor xiao se inclinó un poco, extendió un de brazos para cojer la carta y la leyó con atención.  Luego la doblo despacio y lo miro con total fijeza.

- en esta carta se le notifica que queda desahucio por impago y que tiene un mes para recoger sus pertenencias y abandonar la propiedad.

Anque el señor xiao habia empleado un tomo suave, yibo percibió cierto regocijo en sus palabras y sintió como si le hubiera dado una bofetada.  No le gustaba que le recordara que estaba a un paso de dormir en la calle y desde luego, no le gustaba que se lo restregara en la cara.

- ya lo se, señor xiao. Se leer - replicó con altivez.

-¿y entonces qué es lo que no ha entendido? - pregunto acogiéndose de hombros.

Yibo se mordio el labio inferior y lo miro frustrado.  Ahora ya sabia por que los banqueros tenían gama de ser tan retorcidos. Era evidente el motivo por el que estaba alli, pero por lo visto disfrutaba poniéndoselo dificil. Se moyrfuo la lengua y adopto una postura tan despreocupada como la suya.

- vera señor xiao... - empezo a decir con voz aterciopelada - como ha podido usted darse cuenta, podría perder mi casa en el plazo de un mes. Asi que debo hacer algo pronto - determinó abriendo otro boton de su camisa disimuladamente para que el hombre notas mejor su piel y sus sobresalientes pezones.

El castaño noto que, efectivamente, el señor xiao centrava su mirada en su camisa, pero lejos de notarlo nervioso o alterado ( como solia ocurrir con la matoria de los hombres ) se mantuvo frio y distante.

- ¿hacer algo pronto? - replicó en tono burlón - usted lleva tiempo sin hacer frente a sus pagos y por eso ha sido desahucio.  No veo nado que pueda hacer ahora para evitar lo inevitable - le especto sin contemplación.

Yibo se quedó helado.  No esperaba en absoluto una contestación tan cruda y grosera.

- perdon señor xiao, vera....

- joven Wang - lo corto rápidamente - ¿tiene idea de cuantas personas hay en su misma situación? Comprenda que si a todas ellas se  le hubiera perdonado la deuda, habiamos tenido que cerrar para convertirnos en ONG. Y siento decircelo, pero mis socios y yo no somos tan generosos - reconoció con inoria.

- yo no quiero que usted me perdone la duda, solo busco la forma de llegar a un acuerdo.

- ¿cómo cuál?

- no lo sé, posponer el desahucio hasta que pueda encontrar la manera de pagar, lo que sea. Pero se lo ruego, tenga en cuenta lo que le pido.

El señor xiao guardo silencio un minuto y lo miro fijamente.

- por favor se lo suplico - sollozo el castaño.

Esta vez yibo se sintio violentado  cuando que su mirada se poso con total descaro sobre su entrepierna.  Luego lo recorrió de cintura para arriba sin ningún tipo de miramiento mientras el aguantaba al tipo y esperaba a que se pronunciará.

- esta bien - dijo al fin - pensaré en algo para ayudarlo y en cuanto pueda lo llamaré.

Yibo soltó un suspiro de alivio y le dedico una sonrisa brillante.

Yibo bajo la cabeza y salio despacio del despacio. El banquero se aflojo el nudo de la corbata y se paso la mano por la frente sudorosa. Tenia que admitirlo, verlo lo había a afectado mas de lo que imaginaba, y eso lo enfurecia  por que pensaba que trans diecisiete años ya lo habia superado. Sin embargo ese desvergonzado seguia tan arrogante como lo recordaba. Arrogante y jodidamente hermoso ¿por qué negarlo?, concluyó al notar su entrepierna dura como una roca. Pero estaba muy equivocado yibo si pensaba que podría hacer lo mismo que la última vez.  No, el ya no era el chiquillo que se moría por un suspiro suyo y se masturbaba  pensando en el. Ahora era un hombre fuerte y poderoso, y habia jurado venganza.  Xiao Zhan rompió en una carcajada.  De momento ya habia conseguido que el joven Wang se arrastrará pidiendo su ayuda. Oh, cuanto iba a disfrutar con la segunda parte del plan.

******************************

Yibo vio por quinta vez el móvil, pero el maldito chisme seguia sin sonar. Habia pasado un día desde su visita al despacho del señor xiao y seguía sin llamarlo. ¿se habría echado para atrás?¿habría decidido no ayudarlo finalmente? Total, el mismo le habia dejado claro que no era el único en su situación. Era un desvalido mas de su interminable lista. Yibo sintió que se le contraia el estómago por que hacía apenas un año ¡un año!, habia tenido dinero, amigos, propiedades, poder.  Y en un abrir y cerrar de ojos todo aquello se habia esfumado por arte de magia. Bueno, por arte de magia no. Habia dilapidado su gran fortuna familiar en fiestas, apuestas, caprichos caros.  Y ahora estaba completamente solo. Lo único que le queda era el techo que tenia sobre su cabeza. Nada mas. Pero hasta eso podía perder. 

Alejo los malos pensamientos de su mente, tratando de animarse. No, el no era uno mas en su lista. Conocía la mentalidad de los hombres como la palma de su mano, sabia como engatusarlos, como hablarles para sacar de ellos lo que quería, lo habia aprendido desde que tenia uso de razón, ( que se lo hubiera dicho a su difunto padre, si no ) y pudo reconocer la mirada ávida del señor xiao.  Es cierto que en un principio adopto una postura impavida, casi desdén, pero habia visto el deseo en sus ojos. Unos ojos, que por otra parte, a el también lo estremecia. Entonces el teléfono sono de repente y yibo dio un respingon.

-¿diga?- contestó con voz temblorosa.

-¿joven Wang?- su voz sono firme al otro lado de la línea.

- si, soy yo - respondió con un hilo de voz - ¿ya ha pensado la manera de ayudarme?

Xiao sonrió con malicia. El castaño parecía bastante desesperado. Justo lo que quería.

- asi es.

-¿me paso entonces por su despacho y lo hablamos?

- no, mejor aún. Esta noche lo recojo en su casa y lo discutimos en un sitio tranquilo mientras cenamos.

-¿una cena?- se sorprendió yibo.
- de negocios - le aclaro - me pasare a recogerlo de las ocho u ocho y media.  Ah, y no se preocupe por nada, yo pago - añadió irónico.

Yibo se revolvió de rabia.

- señor xiao, aunque no lo crea, aún puedo permitirme ir a un restaurante - le contesto indignado.

- sin embargo lo invitare yo - insistió - asi podrá ahorrase ese dinero para pagar otras facturas mas importantes - le dijo antes de colgar.

<¡gilipollas!> gruño yibo. ¿pero qué se creia ese impresentable? Puede que tuviera problemas económicos. ¡pero maldita sea!, el habia sido el hijo de unos de los magnates mas importantes y respetados de la ciudad.

Y sin embargo, ahora ya no era nada...

Hola, como dije, aquí el capitulo dos de " love debit ".

Gracias por sus vistas y comentarios.

Un fundashi se despide.

Chau. 

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝙳𝚎𝚋𝚒𝚝 [𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚉𝚑𝚊𝚗𝚈𝚒]Where stories live. Discover now