No te pases de listo

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Yibo se contempló satisfecho frente al espejo de su habitación. Al final habia escojido el traje más atrevido del todo el salón. Su camisa blanca dejaba a la vista todo su cuello y clavículas, que además estaban adornados con una pequeña cadena, llegaba un saco rojo que brillaba por el reflejo de la luz, haciéndolo ver elegante y sexy al mismo tiempo, sus pantalones negros se adhieran a su cuerpo como una segunda piel, por lo que acentuaba sus curvas y trasero. Alizo sus rizos castaños, se maquillo, delineo sus ojos y utilizo un bálsamo labial de cereza. Si, definitivamente a más de uno se le iba a descolgar la mandíbula cuando lo viera. ( como ustedes en este momento ). Y sonrió con malicia al pensar en el banquero.

El móvil sonó a las nueve en punto. Esta vez había sido puntual. Yibo terminó de colgarse los aros en sus orejas, se puso un gran abrigo sobre su ropa que le llegaba hasta los muslos y salió de su casa con una sonrisa radiante. Xiao lo recibió con su habitual seriedad pero sintió su mirada escrutadora mientras lo acompañaba hasta la puerta del coche.

- estas muy guapo - le piropeó para su sorpresa. Estaba acostumbrado a sus comentarios mordaces Per o no a sus halagos - . Aunque me pregunto por que te has puesto ese abrigo tan grande. ¿Tanto frío tienes? - se quejó frustrado por no poder ver lo que llevaba debajo.

- es que quiero darte una sorpresa - confesó yibo en tomo risueño.

-¿Una sorpresa?- se alarmó - . Espero que hayas esxojido un traje dentro de las características que te indiqué - le advirtió a la vez que metía la llave y arrancaba el motor.

- Oh si, te va a encantar - le aseguró, dejando entre ver una sonrisa traviesa -. Por cierto, tu también te vez muy guapo - Añadió observando su esmoquin oscuro.

Y realmente hiba más que guapo. Iba perfecto. Llevaba el pelo hacia un costado y el traje le quedaba como a uno de esos modelos de pasarela. Acentuaba sus rasgos duros. Lo hacia parecer mas peligroso y atractivo. Pero en lugar de agradecer el cumplido de Yibo, se mantuvo tenso y clavo la vista en la carretera. Sabía que ese castaño tramaba algo.

Circularon por una de las principales arterias de la ciudad y se dirigieron hacia donde se  
encontraban las mansiones de los
magnates financieros. Al parecer
la fiesta se celebraba en casa de
uno de los socios de Credibank.
Cuando llegaron, Xiao le dejó las
llaves al aparcacoches, le ofreció
el brazo a Yibo y lo condujo hacia
la entrada principal. Mientras
se movían entre el tumulto de
asistentes, el castaño reconoció las caras de algunos invitados. Había coincidido con ellos en casinos y otras fiestas importantes. Incluso
habian compartido grandes
veladas entre risas, alcohol y una
baraja de cartas. Pero ahora esos
mismos compañeros de fiestas parecían no acordarse
de él. Su situación de quiebra
había legado a oídos de la alta
sociedad y verlo allí del brazo de
un hombre poderoso, solo hacía
avivar la llama de las habladurías,
por lo que bajó la cabeza y trató
de ocultarse tras el robusto cuerpo de su acompañante.

El señor Xiao  también conocía a
la mayoría de los que estaban en
la fiesta y estrechó la mano de
todo aquel que se le acercaba a
saludar. Casi todos eran clientes
de su banco. En un momento dado el mayordomo se acercó a ellos y les pidió amablemente
que le entregasen los abrigos.

Yibo sonrió con malicia mientras aguardaba al pelinegro y cuando llegó el turno de desprenderse del
suyo, vio como se le abría la boca
de golpe. Luego lo recorrió con
una mirada siniestra y él le dirigió una sonrisa desafiante.

-Qué ocurre señor Xiao,  no le
gusta lo que ve? -le preguntó
con un mohín compungido, pero
dejando entrever cierta chulería
en la voz.

El pelinegro levantó la vista de
sus pezones semimarcados y su
mandíbula se tornó rígida.

- ¿Gustarme? - Mascullo entre dientes-Ahora mismo te
arrancaría ese traje de putón que
llevas puesto.

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝙳𝚎𝚋𝚒𝚝 [𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚉𝚑𝚊𝚗𝚈𝚒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora