Recuerdos.

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Yibo llegó a la habitación del hotel y se dejó caer en la cama preso del cansancio.

De repente se vio siendo un niño. Estaba en el jardín de su casa, oliendo el rosal que acababa de plantar el jardinero y apareció por allí Zhanie, transportando un bote de cristal con algo dentro.

— ¡Mira Bo, es la mariposa tigre! —. Le dijo agitando el tarro.

La pequeña mariposa amarilla y de rayas negras, batió con energia las alas.

— Oh, es preciosa. ¿Y qué nombre le pondremos?

— Ninguno, solo la atrapé para que la vieras, pero pienso ponerla en libertad —. Le dejó claro.

El niño lo miró desilusionado pero accedió a regañadientes. Sabía que cuando Zhanie se obstinaba con algo no había nada que lo hiciera cambiar de opinión.

Soltaron a la mariposa mientras la contemplaban volando libre bajo el sol y echaron una carrera de vuelta a la casa.

La señora InHa había preparado granizado de limón y tortitas de arándanos.

El sueño siguió su curso e Yibo se vio en su cama con dosel de corazones que le habian regalado por su cumpleaños. En cuanto la señora InHa le dio las buenas noches y salió de su cuarto, el niño sacó el wilkie talque que tenía escondido bajo las
mantas y lo encendió.

— Aquí No llamando Shooky —. Susurró en medio de la oscuridad. Pero nadie contestó— Aqui Bo llamando a Shooky —. Insistió más fuerte.

— Es Zhanie.

Suspiró Yibo al otro lado del aparato.

— Lo que sea ¿se puede saber por qué no contestabas?

— ¿Cómo quieres que te conteste si no dices bien mi nombre? —. Le  reprochó.

El castañito entornó los ojos en blanco.

Zhanie, eres increiblemente odioso ¿lo sabías?

— Y tú eres incapaz de recordar un simple nombre —. Volio a replicar.

— Bueno, da igual. Tu madre acaba de salir de mi habitación, ya podemos hablar sin problemas.

EEspera, espera, ahora viene a la mía! —. Susurró antes de esconder el walkie.

En ese momento se escuchó el ruido de una puerta abrirse y unos pasos de tacones acercándose deprisa.

Zhanie, hijo, ¿Todavia sigues despierto? Sabes que mañana tienes clases.

— Ya lo se, mamá.

— ¿Quieres que te lea un cuento?

— No, ya me lo leo yo solo —. Se apresuró a contestar en cuanto escuchó las risitas de su amigo desde el aparato.

— Esta bien, luego apaga la luz.

— Sí mamá.

En cuanto se vio de nuevo a solas, sacó el walkie de su escondite.

— ¡Uff, por los pelos!

Y los dos niños se echaron a reir.

Yibo se vio en otra imagen junto a Zhanie.

𝙻𝚘𝚟𝚎 𝙳𝚎𝚋𝚒𝚝 [𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚉𝚑𝚊𝚗𝚈𝚒]Where stories live. Discover now