Capítulo 10

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Alec nunca se había sentido tan cansado y al mismo tiempo tan feliz y lleno de energía. Abrió los ojos, encontrando la cabeza de Magnus en su hombro y su cuerpo casi sobre el suyo.

Mierda, que noche.

Alec había tenido tres orgasmos más esa noche, antes de que su energía se acabara completamente.

Se quedó ahí, acostado, reviviendo la noche pasada, lo fantástica que había sido. La segunda vez que Magnus le había tomado fue en menos de una hora que la primera. Magnus comenzó a besarle y decirle lo mucho que había disfrutado su primera vez, y una cosa termino en otra.

Durmieron por un par de horas más, antes de que Alec se despertara, necesitado, y comenzara a besar el cuerpo de Magnus. Esta vez lo hicieron más lento y apasionado, pero no menos intenso. Para cuando terminaron, Alec supo que ya no podía más. Estaba demasiado cansado. Pero al mismo tiempo demasiado feliz.

Sin embargo, Magnus era una maquina del sexo. Una hora después Magnus había despertado, acariciando su dura erección.

– Magnus, yo... no creo que...– Alec intentó decirle que estaba demasiado cansado y adolorido, pero Magnus no dejó de besarle.

– Lo se, te dejé adolorido ¿verdad, guapo? No te preocupes, hay otras formas en la que puedo hacer que te corras, – le dijo, y antes de que Alec pudiera decirle algo, Magnus desapareció debajo de las sábanas.

¡Oh, mierda!

Alec gritó de placer al sentir como Magnus envolvía su miembro en sus labios. Sus manos apretaron las sábanas, intentando contener el placer, y sus gritos probablemente se escuchaban en todo el departamento. Alec se dejó hacer, disfrutando del placer, y abrió más las piernas, para que Magnus pudiera tomarle mejor.

Alec no creía que fuera posible correrse tan fuerte después de haberlo hecho tres veces ya, pero Magnus le probó lo equivocado que estaba.

Sabía que debían levantarse. Margaret y Raphael llegarían en cualquier momento, pero se sentía demasiado bien estar en los brazos de Magnus.

Alec no quería pensar en que pasaría cuando Magnus ya no le necesitara. ¿Magnus le dejaría ir? Una cosa era que Margaret dijera que tenían algo especial, pero sabía que no lo creería realmente hasta que lo escuchara del mismo Magnus.

¿Y luego qué? ¿Podía tener una relación con el famoso Magnus Bane? Y si, si, ¿Cómo sería? Alec aun tendría que hacer su trabajo y Magnus el suyo, irse en tours por meses. O podía renunciar y viajar con él, ¿Cómo su novio?

Realmente Alec no quería pensar mucho en ello, con Magnus en sus brazos y si cuerpo doliendo deliciosamente. Quizá era por la sensación del momento, pero Alec sabía que, aunque a penas llevaban unos días juntos, Alec sabía que podía llegarse a enamorar de ese hombre.

Alec aspiró la colonia de Magnus. No sabía si las cosas iban a resultar, pero si sabía que sería muy tonto de su parte enamorarse de alguien como Magnus. Alguien le había dicho una vez que, si algo era demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo era.

– Buenos días, amor. ¿dormiste bien? – Magnus le miró, sonriendo.

– Si. Lo poco que pude dormir. Desearía poder quedarme aquí y dormir contigo, – Alec le dijo, abrazándole más.

– Yo también, bebe. Pero creo que tenemos menos de media hora antes de que nos invadan, y realmente necesitamos bañarnos, – dijo Magnus, comenzando a alejarse de Alec.

Magnus le tomó de la mano, y Alec la tomó siguiéndole al baño. Pero ¿Qué tal si alguien llegaba y no lo escuchaban?

– Está bien, Alexander. Conozco a mi gente y se que tan puntuales son. Estaremos bien, te lo aseguro. – Magnus le metió a la regadera y abrió el grifo. – Me encanta verte desnudo y mojado. Ven aquí. –

Entre Humo y Espejos (Malec AU)Where stories live. Discover now