Capítulo 13

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Por suerte, Magnus tenía el día libre antes de su presentación, y eso incluía a sus empleados. Alec se levantó primero, sonriendo al recordar que dormía al lado de su guapo novio.

A penas estaba amaneciendo, pero la luz era suficiente para apreciar la obra de arte que era Magnus Bane. Alec acarició la suave y morena piel y se acurrucó más contra él, amando el calor de su cuerpo.

Alec se puso de lado, para poder apreciar el rostro de Magnus. Era muy pronto para pensar algo así, pero sabía que nunca se aburriría despertar y lo primero que viera fuera el rostro hermoso de Magnus.

El rostro del hombre del que se estaba enamorando. Antes le daba miedo pensar en eso, pero ahora estaba escuchando a su corazón e ignorando la razón.

Nada en el mundo se podía comparar al delicioso aroma que desprendía Magnus. Sin poder contenerse, comenzó a besar el lóbulo de su oreja, haciendo que Magnus ronroneara dormido.

Alec sentía que su corazón iba a explotar de ternura. Así que continuó besando, hasta llegar a los labios de Magnus, acariciándolos con su lengua.

Magnus finalmente abrió los ojos, ronroneando feliz y devolviéndole el beso a Alec. – Buenos días, amor, – Magnus susurró, al liberar sus labios.

Alec sentía fuego en su interior, y su erección comenzaba a endurecerse.

– Si, muy buenos días, amor. Pero creo que ya es más de medio día, – Alec susurró, besando el cuello de Magnus, y mordiéndolo con suavidad.

– Pero que importa ¿cierto? Mi día comienza cuando veo tu hermoso rostro, Alexander. –

– Pensaba lo mismo de ti, – Alec contestó, feliz al escuchar la risita de Magnus.

Se besaron y tocaron por varios minutos, hasta que Magnus se puso encima de él, colocándose entre sus piernas.

– Tienes el maldito pecho más sexy del mundo, – Magnus dijo, besando el vello del pecho de Alec, haciéndole reír.

– Claro, como no, ¿y tu decide eso? –

– Por supuesto. No he sido exactamente un santo, sabes. No me gusta contar, pero he visto algunos pechos, y por eso puedo decir que mi novio tiene el mejor y más sexy pecho del mundo, – Magnus siguió besándole mientras hablaba

De repente Alec se puso serio. – ¿Eso es lo que seré? ¿Un chico más en tu lista de hombres para comparar? –

Magnus gruñó, separándose un poco de él, haciendo que Alec se arrepintiera por arruinar el momento.

– Alexander, amor. No te podría comparar con ningún otro, ni aunque viviera mil años. Se que las cosas han ido bastante rápidas, y ha pasado poco tiempo, pero yo realmente nos veo futuro. Siento que esto es algo especial y completamente diferente a lo que he tenido con otras personas. –

Magnus le besó suavemente, calentando nuevamente el cuerpo de Alec.

– Tu eres el último, Alec, nunca me había sentido así con nadie, hombre o mujer. –

Alec sentía que su corazón iba a explotar.

– Se que suena loco, Magnus, no puedo evitar sentirlo. Te amo. Nunca me había sentido así con nadie más. Despertar todos los días contigo sería lo mejor que me podría pasar cada día. –

Los ojos de Magnus brillaron, besando a Alec, poniendo todas las palabras en ese beso. Hicieron el amor diferente esta vez; lento, gentil, pero aun así intenso, lleno de sentimientos.

Entre Humo y Espejos (Malec AU)Where stories live. Discover now