01; Retorno.

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Pensar.

Pensar era todo lo que Jennie hacía mientras tecleaba incesantemente en su laptop. Estaba enviando las últimas observaciones de su antigua clase a su actual sucesora.

Hacía dos años que había conseguido su título como maestra de grado, y tuvo la suerte de conseguir empleo casi de inmediato. Por supuesto, como una principiante, Jennie no podía desaprovechar aquella oportunidad, así que postergo su verdadero propósito y se quedó en Bangkok.

Claro, estaba consciente que su padre era felíz con ello, pues sabía de antemano que su progenitor en realidad, la quería mantener allí. Viviendo en la capital de Tailandia. Para mala suerte del señor Kim, su hija - a quien mucho tiempo tuvo escondida bajo su sombra- había desarrollado un carácter bastante independiente y rebelde, en el buen sentido. A Jennie no le gustaba acatar órdenes, ni que otros quisieran poner control sobre su vida. Luego de aquellos años en los que prácticamente se mantuvo oculta del mundo, le había tomado mal gusto al que los demás decidieran sobre su vida.

Cuando era pequeña, no había podido decidir sobre si asistir o no a la escuela, tampoco tuvo voto en si quería o no, vivir con sus tíos en la capital. La única vez que Jennie hizo algo fuera de las reglas, fue aquella tarde que salió del cuarto. Y esa misma hazaña la llevó a dónde estaba.

Jennie ahora, era una joven letrada, con un título en mano y una carrera bastante prometedora. Cualquiera que la viera, sabría que Kim Jennie había llegado a esta vida para triunfar. Ninguna escuela podría resistirse a contratarla, ya que encontraban en su personalidad, un encanto extraño que los hipnotizaba de inmediato.

Y, probablemente, si elegía quedarse en la capital algún tiempo más, hasta podría conseguir un mejor puesto en una institución mucho más prestigiosa. Pero eso, no estaba en sus planes.

Desde que Jennie había sido evacuada de su hogar, sólo una cosa la había motivado: Volver a el.

Había demasiados motivos por los cuales deseaba abandonar todo el posible éxito que tendría en Bangkok, pero el que recientemente ocupaba el primer lugar era, la economía de su familia. No era secreto para nadie que, con los cambios climáticos que estaba sufriendo el país, los trabajadores rurales y los granjeros, estaban sufriendo pérdidas enormes en sus cosechas.

Cuando su padre la llamó hace algún tiempo, no era con intenciones de contarselo, pero ante la insistencia de la castaña, no tuvo más remedio que confesarle que, en efecto, estaba perdiendo mucho dinero por sus malas cosechas.

Y eso no era lo peor.

El señor Kim estaba atrasandose en sus pagos de seguridad desde hacía algún tiempo, y las visitas de los matones de Manoban, eran cada vez más y más frecuentes. Cuando Jennie escuchó el apellido "Manoban", su rostro se transformó y no dudo ni un segundo en sus palabras.

- Iré para allí.- Dijo con firmeza.

- Jennie, cariño, ¿Qué dices? ¿A qué vendrías? No hay nada que pueda hacerse, ya lo sabes..

- No me importa, iré igual.- Respondió poniéndose de pie.- Es obvio que Jongdae no está ayudando mucho, es que ¿Cómo se atreven a presionarlos así? ¿A caso no ven las terribles pérdidas que hay en el país?

- Jen, ellos lo ven.- Contestó su padre, con un tono bastante frustrado.- Pero ese no es su problema, no les importa..

- Pues tendrá que importarles cuando vaya.

El señor Kim prácticamente le rogó que no fuera, expuso ante ella cada una de las razones por las cuales no le convenía ir a vivir en aquel pueblito perdido entre los campos. Jennie escucho cada uno, y a todos los zanjó de la misma forma sin dejarle alternativa a su padre.

"LOST ON YOU" | JenLisa G!PWhere stories live. Discover now