02; Rastreo.

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ADVERTENCIA❌

Lectores: Esta historia contiene escenas de violencia explícita, abusos de todas formas y lenguaje ofensivo. Leer con cautela.


Desde tiempos antiguos, la noche era considerada el momento más propicio para todo. En el relato de Homero, sobre la gran guerra entre Troya y Grecia, la noche era vista como el momento perfecto para desplegar sus tácticas en contra del adversario: espionaje y ataque.

Lalisa Manoban no podía estar más de acuerdo con ello.

Mientras el conductor se abría paso entre los altos pastos y la maleza, con su coche, Lisa juguetaba con una banda elástica que traía entre los dedos. El ruido de los neumáticos, la capa de polvo y el canto de los grillos, eran el maquillaje perfecto de aquella salida nocturna.

El coche se detuvo cuando llegó a un desvencijado y viejo establo de caballos. Lisa aguardo hasta que uno de sus hombres salió corriendo en su dirección, y le abrió la puerta.

- ¡AAAAAAHH!

Un grito desgarrador provino del fondo del establo, Lisa arquero una ceja y volteó a ver al muchacho que seguía sus pasos.

- ¿Haruto?

- Él ha sido muy cuidadoso..- Le responde el castaño con seriedad.

Lisa entró en el establo, siendo iluminada a penas por la luz de los faroles delanteros de su auto. Lo primero que sintio, fue el olor habitual a humedad y moho. Luego una brisa fresca le lamio la piel descubierta de su cuello, aún así, eso no la inmutó. Con lentitud, fue subiendo las mangas de la camisa que llevaba puesta, mientras que escuchaba los jadeos dolorosos provenientes de una caballeriza.

- ¡Bueno, bueno!.- Un aplauso seco se hizo eco en el lugar. La suela de sus botas de cuero, hacían crujir la madera con cada paso que daba.- ¿Qué tenemos aquí?

Lalisa vio como Haruto, uno de sus hombres - y el más sádico-, se erguia frente a ella, dejando al descubierto la figura de un tercero que estaba atado a una silla, con sus brazos extendidos sobre una improvisada mesa de madera.

- Buenas noches, señorita Manoban.- Dijo el hombre, mirándola con el respeto y la admiración habitual.

- Haruto ¿Quién es nuestro amigo?.- Preguntó ella, con una sonrisa y mirando tranquilamente al joven que temblaba sobre la silla, incapaz de levantar la cabeza.

El pelinegro le cogió del cabello y jalo con fuerza hacia arriba para dejar al descubierto el rostro, casi desfigurado, de un joven castaño.

- Seo Changbin, lo encontramos rondando en la cantina de las orillas.

El joven abrió su ojo menos hinchado y tembló ante la imagen de aquella mujer imponente que lo miraba con frialdad. Conteniendo la voz para no gritar, cogió aire y habló tan claro como pudo.

- Y-Yo sólo.. Fue un accidente, déjeme ir por favor.

Se explicó con sinceridad, el cuerpo le temblaba y una línea de sangre proveniente de su cabeza, le delineaba el rostro cubierto de hematomas. Quiso continuar hablando, explicar que todo había sido un malentendido. Pero en cuanto vio los ojos de Lisa destilando de diversión, supo que nada de lo que dijera cambiaría su destino.

- Changbin..- Dijo Lisa acercándose despreocupada, casi tranquila.- Yo no soy una mujer que cree en accidentes.. No. En realidad, tengo la certeza que el destino obra siempre con sabiduría.

Haruto se apartó del castaño y, observo en silencio, el accionar de su jefa. Lisa tenía un aura fuerte y a la vez sofisticado en esos momentos. Con la escasa luz, provenientes de una lámpara de aceite, iluminando su figura alta y femenina. La camisa blanca entallada a su cuerpo, resaltaba magníficamente su abdomen plano y la curva del sostén. El pantalón color gris, se ajustaba sólo en su cintura, le daban un aire elegante y cautivador.

"LOST ON YOU" | JenLisa G!PWhere stories live. Discover now