08; Bambam.

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La mañana de aquel viernes, Jennie agradeció que el fin de semana llegara. Estaba de un humor bastante malo y parte de ellos, se debía a su falta de actividad sexual.

Aún así, mientras se daba una ducha, hizo el esfuerzo de tragar su mal humor y sonreír. Se cambió, desayuno junto a su madre y luego la ayudó a lavar las verduras para preparar el almuerzo.

El día, como casi siempre, se mostraba con un sol radiante, lo que la hizo sudar bastante y beber más agua de la habitual. Su madre le contaba sobre algunos chismes que había escuchado la tarde anterior y, aunque a ella no le agradará del todo aquello, se mostró interesada por las noticias.

— Dicen que los Im venderán sus tierras, al parecer consiguieron un terreno a una zona más cercana a la ciudad.

Jennie sonrió al recordar a la hija de los Im. Nayeon, era una jovencita que asistía a sus clases y era bastante lista. Le alegró la idea de que la pequeña tuviera mejores oportunidades y, además, estaría lejos de los peligros del pueblo.

— Eso es bueno.

No pasó por alto la mirada de su madre.

— Tal vez sea hora de que ustedes piensen en hacer lo mismo..

— Jennie.— Su madre la miró con el ceño fruncido.— Estas tierras son de tu abuelo, tu padre no va a venderlas ni abandonarlas.

La castaña le sostuvo la mirada, con una pregunta que picaba en su lengua por salir. Sin embargo, decidió guardar silencio y evitar una pelea.

El ambiente se mantuvo levemente tenso, hasta que su padre apareció y cambio - sin saber- el tema de conversación.

Jennie se quedó a cocinar junto a su madre, sólo con la idea de aprender a hacer el nuevo platillo, y se descubrió a sí misma sudando en exceso. También se permitió espiar a los jóvenes que trabajaban junto a su hermano en los campos, mirándolos a través de la ventana de la cocina.

Divisó a Sehun mojando su cabello junto a una rudimentaria bomba de agua que utilizaban para dar de beber a los animales del lugar. La visión de aquel muchacho goteando bajo el sol, sólo sirvió como recordatorio a su falta de sexo.

Se alejó de la ventana y cuando la comida estaba casi lista, se disculpó con su madre y salió al porche delantero de la casa, con la idea de descansar un poco.

— Quizás debería darme una ducha.

Murmuró para sí misma, mientras tomaba asiento bajo la galería. Se dejó recostar en él y cerró los ojos ante la caricia desprevenida de la brisa.

— Y se pondrá peor.

Una voz la sobresalto y se encontró e lleno con los ojos divertidos de Sehun sobre ella.

— Buenas tardes, Jennie.

Ella, quién lo escuchaba por primera vez saludarla por su nombre, lo observó asombrada.

— Sehun.. Buenas tardes.— Le saludó aún extrañada.

Él le dió una sonrisa galante y continúo su camino hasta una vieja motocicleta que Jennie había visto con anterioridad, se subió a ella y minutos después se perdió en la carretera.

La castaña se quedó mirando el camino vacío, con una sensación de aturdimiento en el pecho. No tuvo demasiado tiempo para pensar en ello, ya que su madre la llamó cuando el almuerzo estuvo listo y tuvo que obligarse a no continuar pensando en el pelinegro.

La irritación de Lisa estaba llegando a su límite. Su mañana había comenzado algo agitada luego de que, un par de sus hombres le aseguraran que encontraron rastros de sospechosos en el río que estaba cercano al pueblo.

"LOST ON YOU" | JenLisa G!PWhere stories live. Discover now