Evie Branwell es una de las mejores shadowhunters del Instituto de Nueva York, siempre sigue las leyes y hace bien su trabajo. Pero, ¿qué pasará cuando un familiar suyo del pasado venga a provocar muchos problemas? ¿podrá superar los obstáculos? ¿qu...
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Finalmente, llegamos a la Ciudad de Huesos, y bajé del vehículo mundano con la ayuda de Alec.
-Si, este lugar no es aterrador - dijo Simon - para nada.
-No me digas que tienes miedo - se burló Izzie.
-¿Bromeas? Nací con miedo - dijo el mundi - lo cual sonaba mejor en mi cabeza.
-Vamos a ver - dijo Alec tomando mi mano y escuché a Jace decir a Clary que espere, que íbamos a ver si el perímetro estaba asegurado. Nos alejamos un poco y Alec paró, tomando del brazo de Jace, provocando que yo también paré - oye, si algo sale mal, si le sucede algo, será nuestra responsabilidad, lo sabes, ¿no?
-Sí - respondió el rubio - y sabes lo que sucedería si Valentine se apodera de la Copa, ha perdido todo, Alec - dijo mirando a la pelirroja - sé exactamente lo que se siente, y ¿cuál es tu problema con ella? tu familia solía recibir a los desamparados - dijo alternando su vista entre Alec y yo.
-Evie y tu nunca fueron desamparados - contestó Alec molesto, apretando su agarre en mi mano, haciendo que con mi brazo libre abrace el suyo.
-El punto es que nada ha cambiado - dijo Jace - estamos juntos en esta lucha, hay solo una más de nosotros - finalizó y continuamos revisando el perímetro.
-Vamos, está despejado - grité, atrayendo la atención de los mejores amigos y ellos nos siguieron hasta la entrada de la Ciudad de Huesos.
-Puedo hacerlo - dijo la pelirroja, dándose ánimos.
-Si, puedes - dijo el mundi - eres la maldita Clary Fray, puedes con lo que sea - sonreí ante esto, mi hermana y yo éramos así, el mundano estaba por entrar pero Jace lo detuvo.
-Bien, espera - habló el rubio.
-¡Qué sorpresa! - habló el mundi sarcástico - no se permiten mundanos, ¿no? ¡Te equivocas! he visto todas las películas de terror y el amigo gracioso que se queda atrás es hombre muerto.
-No eres tan gracioso - dije llamando su atención, provocando una sonrisa en Alec.
-Pero, por favor - dijo Jace - adelante - dijo señalando el camino y el mundi iba a caminar - por supuesto, en cuanto entres, morirás.
-El problema es que no confío en ti - habló Simon.
-No está mintiendo - habló Alec.
-Ahora - aclaré.
-Antes sí mintió - completó mi Parabatai.
-Las runas de la Ciudad de Huesos matarán a cualquier mundano que se atreva a entrar, así que... - extendió su mano libre, incentivándolo a entrar.
-Los Hermanos me dan miedo - habló mi Parabatai - me ocuparé del mundano.
