Evie Branwell es una de las mejores shadowhunters del Instituto de Nueva York, siempre sigue las leyes y hace bien su trabajo. Pero, ¿qué pasará cuando un familiar suyo del pasado venga a provocar muchos problemas? ¿podrá superar los obstáculos? ¿qu...
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Desde hace un buen tiempo estábamos esperando en el lugar, Ian se empezó a sentir incómodo y solamente se calmó en los brazos de su padre. Relajé un poco mi espalda debido a la mala postura que poseía.
—¿Cómo te sientes? — Escuché preguntar a Alec a su hermana, él estaba muy preocupado — ¿Estás bien? — Preguntó al no recibir respuestas mientras jugaba con los deditos de Ian.
—Tan bien como hace cinco minutos — Respondió Izzie divertida y sonreí, era bueno verla feliz — Greenlaw ya debería estar aquí, desde hace una hora — Dijo mostrándole el teléfono a su hermano mayor. Pero pronto empezamos a escuchar ruidos de espadas cerca del lugar, Alec me tendió a nuestro hijo y yo me oculté detrás de un muro, viendo como ellos se iban a dónde provenía el ruido.
Si bien quería pelear con ellos, debía priorizar la seguridad de mi hijo, además de que aún no estaba apta para misiones, y mi esposo eso lo sabía mejor que nadie.
Minutos después, volvieron.
—Amor — Llamó Alec y salí de mi escondite, acercándome a él rápidamente y lo abracé de costado para no lastimar a Ian — Greenlaw murió — Me informo mientras empezaba a comentarme todo lo que había pasado y luego empezamos a encaminarnos hacia el Instituto.
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—¿Quién más sabe sobre esto? — Preguntó Maryse, quién sostenía a su nieto en brazos. Acabamos de comentarle todo lo que sabíamos sobre Idris y las supuestas torturas que se ejercía en el Gard.
—Solamente tú — Dije apoyada sobre el escritorio, Alec estaba a mi lado, abrazando mi cintura, mientras mi Parabatai estaba sentada frente a su madre.
—La herida fue causada por una Espada Serafín — Informó Alec mirando a su madre — Pero no fue nadie de los nuestros — Continuó.
—Creemos que fue alguien de la Clave — Habló Iz por primera vez.
—Por el Ángel — Murmuró mi suegra, superada por la situación. Iz nos miró y asentí, de acuerdo con qué le diga.
—Dijo algo antes de morir — Habló mi Parabatai — Creímos que lo reconocerías — Maryse miró curiosa a su hija — “Caelestis Ignis”, fuego celestial en latín — Ella abrió la boca sorprendida y ladee mi cabeza, curiosa.
