Evie Branwell es una de las mejores shadowhunters del Instituto de Nueva York, siempre sigue las leyes y hace bien su trabajo. Pero, ¿qué pasará cuando un familiar suyo del pasado venga a provocar muchos problemas? ¿podrá superar los obstáculos? ¿qu...
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Ya estábamos en el salón de Ceremonias, Alec había insistido en que vaya con él, ya que ya soy parte oficial de la familia.
-Al ángel confío mi vida... - empezó a recitar el juramento, Max - ...y prometo respetar las leyes del cielo, tomo esta marca para honrarlo, para que su luz brille en mí, para unirme a las filas de los Shadowhunters, los guardianes de la paz - terminó y Maryse miraba con orgullo a su hijo menor. Max levanto la manga de su camisa para que el Hermano Silencioso le haga la runa angelical. Una vez que terminó, todos nos acercamos al pequeño, Maryse me sonrió y se acercó a mí.
-Me alegro que formes parte de nuestra familia - dije y sonreí, ma abracé.
-Gracias por todo, Maryse - dije cerrando mis ojos. Lo que no sabía, era que cierto pelinegro contemplaba la escena con una sonrisa. Alec se acercó una vez que nos separamos, y rodeó mi cintura con su brazo, Jace también vino, momentos después.
-Maryse - dijo Jace - solo quería pedirte disculpas...
-No lo necesito - lo interrumpió mi suegra - porque no me debes una, nunca ni por un segundo me arrepentí de adoptarte, ni de acogerte - dijo mirándome ahora - Max no se comportó, porque yo no me he comportado. Como madre - dijo tocando la mejilla del rubio - lo que más quieres, es que tus hijos no hereden tus peores rasgos.
-Si, Max aún es joven. Es impresionable - dijo el rubio y sonreí - endereza ese buque - dijo y reímos.
-Mamá - dijo Alec, mientras apretaba su agarre en mi cintura - Max dice que tú y papá han estado peleando por nuestra amistad con Magnus.
-Max no tiene idea de que sucede - habló Maryse, con pesar.
-Entonces, ¿qué pasa? - preguntó Alec, Maryse se quedó callada unos momentos.
-Yo... no quería ponerles la carga a ustedes... - dijo mi suegra empezando a quebrarse, se estaba por largar a llorar.
-¿Papá te está engañando? - preguntó enojado el pelinegro, y yo puse una mano en su pecho para tranquilizarlo. Maryse se largo a llorar y rápidamente, solté a Alec para envolverla en mis brazos.
-Bastardo - escuché decir a Jace en susurros.
-No pueden decirle a Isabelle - dijo Maryse - ella adora a Robert, yo puedo soportarlo, pero a ella la destruiría - una vez que me aleje de ella, le di pie a Alec a que le abracé, y eso hizo.
-Quédense con nosotros - escuché decir a Alec - tú y Max, no tienen por qué volver a Idris con papá - dijo en susurros.
-Ojala pudiera quedarme - dijo la mayor y se separó de su hijo, le acarició la mejilla - pero debo volver a la Clave.
-¿Para qué? deja a Robert que se encargue - dijo Jace.
-Todo es diferente ahora, debido a Clary y la Espada - informó Maryse - no puedo dejar que mis problemas interfieran con el deber, ahora no - fue ahí que me di cuenta, lo fuerte que es la mujer que fue mi segunda madre. Un escozor subir por la garganta y me fui corriendo - quédense aquí, yo voy a verla - dijo para seguirme. Me fui y vacíe mi desayuno en el váter, mientras Maryse sostenía mi cabello para que no se manché. Ya terminado, me senté en el piso del baño de mi habitación y la miré.
