Capitulo 21

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Romina

Bueno, aquí me encontraba cocinando hasta que llego Sevda con su primo y los recibí con todo el buen humor posible y amabilidad. Pero siempre debe existir algo, y ese algo era la comida que hice yo. Era horrible y obviamente el tallarín lo aprovecho para hacerme gestos de burlas.

Como es de esperar yo y él discutimos y pues mi amiga se esfumo y me dejo sola con el tarado.

Aunque no sé qué me perturba más, si recordar el sueño con su primo o haber soñado con él.

─Bueno yo te voy a enseñar a cocinar. ─Hablo el chico.

Claramente era una broma así que me reí, pero pronto al notar los rasgos de su rostro y ver la seriedad, pues hablaba en serio.

─¿Tallarín, es verdad?

─Me di cuenta de algo rascacielos, ya casi nadie me llama por mi nombre, pues Sevda siempre me dice primo y tú me dices Tallarin. Siento que va a llegar un momento que me olvidare de mi nombre real.

─Que dramático.

─Bueno dejemos de parlotear y mejor arreglemos esta basura, para que Sevda logra comer bien y ganar más energías y fuerzas.

Hablando de mi mejor amiga, pues a ella le ha golpeado fuertemente las terapias, su pelo ya no existe del todo. Por los remedios fuertes.

Actualmente usa una peluca, la cual remplaza su cabello. En cuanto a energía hay días muy debilitada, y esta vez no es por sus problemas emocionales o depresivos, esta vez es por la quimioterapia.

Gran parte del día se lo pasa en el hospital, en cuanto al colegio, por asuntos de salud ha sido más flexible.

Hay días en que va y otros que no asiste, todo depende de su energía y fuerza del día.

Pero volviendo a la cocina, observe como el chico tomo todo lo que prepare y fue directo a depositarlo a la basura.

Mientras tanto que veía como todo terminaba en el basurero, decidí empezar de inmediato con la nueva receta y plato.

─¿Y qué hago? ─pregunte

─Primero higienizar el territorio y lavar tus manos.

─Okey.

Me dirigí al lavabo para lavarme las manos, pero al finalizar, el muchacho tomo de mis manos y no entendí. Solo sentí el roce de su mano, la cual estaba cálida.

─Primero remangar bien las mangas. ─ Aclaro el chico y tuve que volver a lavarme las manos, pero de manera correcta, nuevamente.

Todo iba bien o eso creía, pero nuevamente, llego él a decirme que me faltaba algo. Esta vez era mi pelo, debía amarrarlo y hacerme un tomate o una coleta.

Frasco De Estrellas (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora