Capitulo 23

225 28 8
                                    

Capitulo 23

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capitulo 23

Capitulo 23

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sevda

Abrí los ojos, y al hacerlo encontré a Aron al lado mío, no supe que hacer solo esperé que él hablara.

—Vine a verte, supe que te operaron y quise ver si resulto la operación y veo que sí.

Miraba al chico, especialmente sus ojos. Tenía miedo, porque temía que estuviese drogado. Él nunca me golpeo, pero recuerdo que a veces se enojaba fácilmente, cosa que no lo notaba. Hasta que empecé a ver que su actitud de cambio de humor no era algo ligero, era un tema profundo.

Y es que cuando lo conocí estaba tan centrada en mis pesadillas mentales, que, en la vida real, mi percepción se volvía vulnerable. Tan frágil era que solo con una cercanía de él me sentía bien. Y no me importase lo drogado que estuviese, siempre estaba con él, experimentando dependencia emocional del uno al otro.

Pero no todo era gris, también recordaba los buenos momentos que tuvimos juntos y como me ayudaba a comer. Pero ahora que he superado lentamente mis traumas, sabia en el fondo que lo nuestra era imposible. A no ser que hubiera cambiado algo.

Él podría entregar todo el amor del mundo y hacerme feliz, pero si no controlaba sus impulsos era probable que me pasara a llevar.

—Sevda estas silenciosa. ¿Te pasa algo?

—Yo, no te esperaba.—En el fondo si lo esperaba y extrañaba, pero la razón batallaba conmigo. Porque la razón hacía que me cuidase, que no hablase con un drogadicto.

—Veo que estas diferente. Yo, mira. No tengas miedo. He ido a rehabilitación.

—¿Rehabilitación?
—Sí, fue algo difícil. Y tenías razón. No debía mejorarme por complacer al resto, tenía que hacerlo por mí.

Al escuchar aquello hizo que mi seguridad aumentara. Y más aun que al ver sus ojos, se veían normales. No tenía ningún color rojo.

—Aron, te felicito.

—Gracias.

La conversación se tornaba un poco incomoda, pero también tortuosa, o por lo menos yo lo veía así. Porque recordar aquel chico, era toda una combinación.

Frasco De Estrellas (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora