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El camino devuelta al campamento fue silencioso, muy silencioso, demasiado para mí y eso que solía disfrutarlo. Quise intentar crear una conversación con ella pero a cambio solo pensaba en que podría decirle ¿Qué podría preguntarle? ¿De qué hablaríamos? ¿Se aburriría sí le hablo? Ese tipo de preguntas nunca habían surgido en mi cabeza, ni siquiera con personas desconocidas, era un sentimiento tan extraño. Ese silencio se detuvo en cuanto llegamos junto a los demás que nos esperaban preocupados.

—¡¿Estás bien?! —me preguntó Rose en cuanto el grupo de acercó hacia nosotros.

—Que tonto de tu parte. —me regañó Juleka, frunciendo el entrecejo. La conocía bien, estaba preocupada.

—¡Estamos preocupados! —apuntó Nino.

Les expliqué que me encontraba bien y que apreciaba su preocupación, en algún momento Alix me ofreció una lata abierta junto una cuchara, eran frijoles enlatados, comida de campamento. No me quejé, tenía demasiada hambre como para hacerlo y en cuestión de pocos minutos dejé la lata vacía.

—¿Y porqué no han encendido la fogata? —preguntó Tess, ya había bastante leña como para hacerlo pero el lugar era iluminado por las luces de los autos.

—Nadie trajo encendedor. —Kim habló por todos.

—¿Y no podían hacerlo a la antigua?

—Aunque no lo creas, es difícil —la excusa de Jean hizo que Tess lo mirara con incredulidad, de su bolsillo sacó una caja de fósforos y se la lanzó a Kim— ¿Y no podías decir que traías de esos hace diez segundos?

—No creí que fuera la única que pensó en traerlos.

Dejé la lata a un lado y me senté en un tronco mientras veía a Kim encender la fogata, al final Alix tuvo que ayudarlo.

—Y Luka ¿No tuviste miedo de estar en el bosque? Estuviste un buen tiempo allí. —dijo Alya acercando sus manos a la fogata y recibiendo su calor.

¿Qué si tuve miedo? No es como si los chirridos de los pájaros, los árboles que hacían sombras espantosas, el viento fuerte y la soledad hicieran que casi entrara en pánico.

—No, fue como un paseo en el parque. —al parecer nadie notó mi sarcasmo porque todos se impresionaron, a excepción de Tess y sus amigos que no prestaban atención y Juleka, ella me conocía bien.

En algún momento todos se dispersaron, algunos aún seguían acomodando cosas y otros solo charlaban entre sí mientras sacaban fotografías. La verdad agradecía que nadie estuviera poniendo demasiada atención porque así nadie notaba como la buscaba con la mirada. Cuando la encontré la vi apoyada en un árbol y con las manos en los bolsillos de su sudadera, miraba el suelo lleno de tierra y hojas secas.

Siempre estaba en su propio mundo cuando estaba sola ¿A dónde irá? ¿Que estará pensando?

—¿Por qué no vas a hablarle? —la suave voz de Rose me hizo reaccionar, ella se sentó a mi lado y también miró a la misma dirección que yo hace segundos atrás— Es muy linda ¿Verdad?

—Sí... —me sentía avergonzado al ver lo rápido que Rose se dio cuenta de mi interés hacia Tess— Pero no sé como iniciar una conversación sin quedar como un completo idiota.

—Te entiendo, así es Tess, es difícil ganarse su confianza, pero es una increíble persona.

Aunque era usual que Rose viera la mejor versión de todos, hasta de las peores personas, sí me dio la sensación de lo que decía era totalmente cierto.

—Tal vez lo que puedes intentar hacer es llamar su atención —comentó apoyando su barbilla en su mano manteniendo sus ojos fijos en Tess—. Bueno, no estoy segura, pero desde aquella vez que defendí a Juleka de Chloé en el almuerzo y Tess vino a espantarla, comenzó a ser más amigable conmigo y creo que fue por defender a Juleka.

TRY HARD | Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora