TRY HARD | Luka Couffaine

O2

La chica cuyo nombre era Tess terminó de cantar y tocar junto a la banda, a lo que todos los presentes aplauden impresionados por la presentación, yo incluido.

—No sabía que cantabas. —habló Juleka mirando a Tess.

—No sabes muchas cosas de mi —la chica sonrió alzando los hombros y dejó la guitarra—. Ustedes tocan muy bien.

Los chicos agradecieron el halago.

—Tessa Lasserre, va al mismo instituto que nosotros y está cursando el último año, aunque repite el año por razones desconocidas —informó Alya como buena reportera, mostrándome desde su celular fotos del perfil de la chica.

—Cuéntale toda mi vida si quieres, Alya. —dijo Tessa con una sonrisa sarcástica.

—Subiré el vídeo a mi blog de arte. —anunció Alya ignorando las palabras de Tessa.

—¿Ya abriste otro blog? —preguntó Alix para nada sorprendida, a lo que Alya asiente con emoción.

—Al menos encontraron un remplazo para tu hermano, Juleka. —dijo Kim, sabía que no era con mala intención, pero si dolió un poco.

Seguramente Kim observó como mi expresión facial cambió drásticamente como para querer retractarse entre balbuceos.

—No, no —interrumpió Tessa—. No quiero formar parte de una banda, me gusta la música pero no es lo mío.

¿La música no es lo suyo? Pero si lo hace perfecto.

—Pues eres buena con la música. —afirmé, tal vez ella tenga dudas de dedicarse a eso.

Ella me analizó de arriba a abajo, lo cuál me paralizó de los nervios, hasta que nuestras miradas volvieron a chocar.

—Gracias, me lo suelen decir. —no sonó para nada egocéntrico lo que dijo, más bien, lo decía con una sonrisa apenada mientras se cruzaba de brazos.

—Y... ¿Dónde aprendiste a cantar, Tess? —preguntó Nino al hacerse un extraño silencio entre todos.

—Mi abuela me enseñó —Tess se sentó en un sillón junto a Alix—. Era maestra de canto antes así que... —nuevamente su mirada se fijo en mi y en mi guitarra— ¿Kitty Section tocará algo para nosotros? —más que una pregunta, fue una petición.

—Al fin que nuestro guitarrista está despierto, sí. —dijo Iván con una mirada burlona sobre mí.

—No intentaron despertarme —me excusé alzando los hombros, sin poder evitar formar una sonrisa—. Pero con gusto participaré esta vez.

Coloqué la correa de mi guitarra sobre los hombros y caminé hacia el escenario, pero fue la voz de Alya la que me detuvo, precisamente lo que había gritado.

—¡Marinette!

Giré mi cabeza, observando como Marinette abordaba el barco Libertad con una sonrisa impuesta en su rostro. No podía creer lo que estaba viendo, tal vez hace meses estaría muy alegre de que ella estuviera aquí, ahora me molestaba su presencia y creí que eso se notaba porque cuando su mirada conectó con la mía, la apartó de inmediato.

Ya no la quería ver.

Alya la saludó con un abrazo mientras los demás la saludaban normalmente.

—¿Que haces aquí? Pensé que no vendrías por... —preguntó Alya un tanto incómoda.

—Bueno, las chicas me invitaron y quise ver cómo iba la banda, es todo. —en su voz se podía escuchar la incomodidad que sentía.

—¡Me alegra que hayas venido Marinette! Justo ahora los chicos tocaron una canción increíble! ¡Alya, enséñale el vídeo! —exclamó Rose con su típico entusiasmo— Tess es genial tocando la guitarra ¡Y canta muy bien! Nos impresionó a todos.

—¿Tessa está aquí? —preguntó Marinette.

Mi mirada volvió hacia dónde la teñida estaba sentada en el sillón, pero no la encontré allí ni a sus cosas.

—Sí... Lo estaba. —dijo Juleka en cuanto todos nos dimos cuenta de su ausencia.

¿Se fue? ¿En que momento?

—¿En dónde está? —preguntó Kim.

Miré en todos lados pero no la veía por ningún lado.

—Tal vez se fue sin que nosotros la viéramos. —siguió Nino.

—Ni siquiera se despidió. —dijo Alix un poco ofendida.

—Supongo que tengo que ver con eso. —suspiró Marinette, se veía apenada a lo que Alya la consoló poniendo su mano sobre el hombro de la de cabello azul.

Y todos quedaron en un incómodo silencio.

¿De que me estoy perdiendo? ¿Por qué Marinette tiene que ver con que Tess se fuera?

En algún momento olvidaron el tema y conversaron entre ellos de temas distintos, para ese entonces ya me había retirado, no tenía nada que hacer ahí a parte de ensayar, pero por lo visto lo olvidaron con la llegada de Marinette, que no se atrevió a mirarme desde que llegó.

Aunque me hubiera gustado que la chica de cabello naranja se hubiera quedado un poco más.