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—¡Me duele el trasero, carajo!

—¡Sh! Los vas a despertar.

Las voces de Jean y Tess me despertaron, tardé unos segundos en abrir los ojos y recordar que seguía en el auto.

—Vamos a llegar, tu casa queda más cerca, ya cállate. —conocía bien esa voz.

—¿Qué hora es? —pregunté con voz somnolienta en lo que me sentaba correctamente.

—Las seis. —dijo Tess luego de revisar su celular.

Tallé mis ojos y miré a través de la ventana, al fin habíamos llegado a la ciudad aunque no sabía hacia dónde íbamos, pues no conocía ese vecindario. Otra cosa que noté es que Rose ya no estaba en el auto con nosotros.

—¿Ya dejaron a Rose?

—¿Qué comes que adivinas? —dijo Jean mirándome por el retrovisor.

—Sí, no quiso despertarlos. —respondió Tess dando una mirada hacia atrás, justo a tiempo cuando mi hermana comenzó a despertar.

—¿Qué hora es? —preguntó la misma— ¿Y Rose?

—No puedo creer que duermas tanto. —la copiloto negó con la cabeza y volvió su vista al camino.

—¡Al fin! —exclamó Jean, detuvo el auto frente a un edificio de apartamentos.

—Ya largo, tengo que ir a dejarlos. —echó Tess en broma, creo que así se llevaban.

El castaño se acercó a ella y besó su mejilla rápidamente.

—Me voy. —se despidió con la mano y salió de auto, tomó sus cosas de la cajuela y entró al edificio después de despedirnos.

Por otro lado, Tess salió del auto y volvió a entrar pero por la puerta del piloto y arrancó sin decir mucho, lo cual aproveché para enviarle un mensaje a mi mamá avisando que ya casi llegaba y otro a mi compañero de clase, Javier, diciéndole que por si acaso, yo había me había quedado a su casa haciendo una tarea, el chico ni siquiera preguntó y me respondió con un "Bueno".

Cuando llegamos a nuestra casa/barco, bajamos nuestras cosas y Tess también bajó para acomodar unas cuantas más, como las tiendas de acampar y todo eso.

—Bueno, eso estuvo divertido. —rompí el silencio colocando la correa de la mochila en mi hombro.

—Lo dice el que tuvo dos tragedias en menos de veinticuatro horas. —ironizó Jul.

—Sí bueno, no estuvo tan mal. —hice énfasis, tratando de ignorar lo vergonzoso que era recordar eso.

—Yo concuerdo en que estuvo divertido —Tess cerró la cajuela y nos miró—. Me envían las fotos que tomaron.

—Lo mismo. —dijo Jul, luego hablaron unas cosas sobre la escuela o algo así, pero yo estaba pensando en como le iba a enviar las fotos que había tomado si no tenía su número.

Cuando me di cuenta Tess ya se había subido a su auto y nos quedamos ahí en la cera hasta que el auto desapareció de nuestra vista.

No le pedí su número.

—Voy a entrar primero. —avisó Juleka.

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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TRY HARD | Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora