Una vez que arregle mi cabello y mi vestido, que en realidad no podía arreglarse mucho, avance entre el gentío tratando de encontrar a Noona o alguien quien no me miraba como si fuera un asco.-Vaya, si que tienes suerte. -ante esa simple oración detuve mi caminar y gire hacia quien hablaba, era una mujer que se veía un poco mayor que yo, pero no lo suficiente.
-¿La tengo?
-Claro, ahora serás la reina madre.
-¿Aún no lo soy? -ella me miró por primera vez y pude ver esos hipnotizantes ojos azules, mientras ella bebía de una copa y negaba al mismo tiempo -, pero, acaban de...
-La sagrada chamán te acepto, pero aún falta la verdadera ceremonia, ¿Tu Alfa no te dijo? -yo negué, pues lo único que sabía es que habría una ceremonia y nada más -, bueno, no actúes tan desinteresada ante una ceremonia tan relevante como está, los seres como ellos la aprecian mucho, te recomendaría ser más respetuosa con sus creencias.
¿Ella qué?
-Espera, ¿Planeas ser una más de las mujeres que me odian aquí? -ella rió y negó.
-Yo no te odio, ni si quiera te conocía hace una hora, así que ese sentimiento no va conmigo respecto a ti -sus palabras me sorprendieron, sin embargo, quise seguir escuchando -. Las demás te odian por el poder que estás por alcanzar, por el hombre que tendrás y por todo lo demás, algunas piensan que ni siquiera eres digna, es decir, solo mírate, eres una humana irrespetuosa y al parecer más joven que la mayoría de las que estamos aquí. Tranquila, también me pasó.
Aunque sus palabras parecían algo groseras, sus intenciones no. Ella me agradaba.
-¿Tu eres una luna?
-Algo por el estilo.
Antes de poder preguntar más, vi como una chica más pequeña se colgaba del brazo de mi acompañante.
-Hola, luna. -me saludo.
Esa voz.
Era la chica quien había declarado a mi favor, quien había pedido que la chamán rectificara su desición. La chica era bastante linda, pequeña, cabello largo, una nariz respingada y un poco roja por el frío, probablemente.
-¿En donde estabas, amor?
-Allá -dijo la pequeña en un susurro mientras señalaba la mesa de bocadillos.
-¿Es tu luna? -le pregunté a la chica más alta y que me había aconsejado hace algunos minutos atrás.
-Mi alfa.
¿Qué?, Pero no tiene la complexión de una alfa.
-Increible, ¿No?, sé que no parezco la dominante, a decir verdad, tampoco me gusta desarrollar el papel -hablo la pequeña chica con nariz rojiza -, disculpe, que descortés soy. Mi nombre es Peach, Alfa de una de las manadas principales de Alemania, y ella es mi luna, Callie.
-Un gusto y gracias por lo de hace rato.
-No hay de que, no merecen juzgarte sin antes conocerte, prejuicios de lobo -no sé porque pero eso último me saco una pequeña sonrisa. No supe cómo agradecer tales palabras a lo que simplemente asentí, ella se acercó y tomo mis manos algo lastimadas -. Cuente con el apoyo de nuestra manada para lo que sea.
Es la primer alfa que agradezco conocer.
-Vamos cariño, no hostigues a la próxima luna. Le deseamos suerte y que la velada salga bien -yo asentí y con eso, comenzaron a alejarse.
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Esclava del Alfa.
WerewolfEl alfa necesitaba una mujer. Ella necesitaba el perdón para vivir. Él no sabía amar. Esas cosas simplemente no eran de su interés. Ella no quería morir. Había hecho una promesa que debía cumplir. Ambos odiándose, tan diferentes, y al mismo tiempo...