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No pienso confiar en un Alfa, ni hoy, ni nunca.

Todo parecía un vil engaño, ¿A caso yo parecía una tonta?, porque a decir verdad, esto sería demasiado bueno para ser verdad, y cualquiera podría darse cuenta de ello.

-¿Qué clase de propuesta? -respondí después de varios minutos de silencio.

-Una que no puedes rechazar.

-¿Y si lo hago? -pregunte con recelo al escuchar su tono prepotente y lleno de seguridad.

-Serás encerrada nuevamente en los calabozos mientras esperas a un juicio donde lo más seguro es que se ordene tu ejecución inmediata. -En cuanto dijo aquello, me exalte, y no por el hecho de que mencionó mi muerte asegurada, sino porque no tenía tiempo para sus tonterías, no tenía tiempo para un juicio, ni nada de eso. Tenía que salir de ahí a como diera lugar si quería alcanzar a mis objetivos.

-¿Cuál es la propuesta?

-Lo sabía -el estúpido Alfa sonrió y se acercó, hasta que quedó frente a mi -. De hecho es bastante fácil, para ganar tu libertad debes de... -justo cuando iba a terminar de hablar la puerta se abrió bruscamente dejando ver a un chico algo agitado que inmediatamente me miró, y después al Alfa frente a mi.

-Eliot, los Alfas comienzan a alborotarse, quieren saber tu decisión ahora mismo. Será mejor que bajes. - en cuanto termino de hablar, el ahora conocido como Eliot, se encamino hacia la puerta, me miró y me susurro:

-Ni si te ocurra escapar.

Para después, cerrar la puerta e irse.

Si, como no. Aquí estaré, esperándote.

En cuanto se fue, me acerque al gran ventanal, de aquella habitación y trate de abrirlo, pero grande fue mi sorpresa al ver que esté simplemente no lo hacía, ¿Estaba trabado?, No, lo habría roto de cualquier forma, ¿Qué es esto?, Mire hacia abajo y pude ver qué había un rastro de, ¿Tierra?, No... Eran cenizas de serval.

Maldito hijo de puta.

Las cenizas de serval, a pesar de ser uno de los mecanismos más simples, era uno bastante poderoso, pues dichas cenizas ejercen cierto control en lo sobrenatural en distintas situaciones. Tan solo tienes que rodear el objetivo de estás cenizas y quedará encerrado, no podrá salir a menos de que el "círculo" se rompa por fuera.

Y eso, es lo que me hizo ese estúpido Alfa. De seguro rodeo toda la habitación para que no pudiera salir, tan solo necesito que alguien habrá la puerta para que el círculo se rompa y pueda irme. Mientras eso sucede, tome mi mochila, que ya había visualizado minutos atrás sobre la cómoda que estaba a lado de la cama, y saque el rastreador, al encenderlo pude admirar que el pequeño punto rojo ahora estaba más lejos de donde yo me encontraba, y además, se dirigían hacia el Norte.

Empecé a sentir como mi sangre comenzaba a ponerse caliente y como está viajaba a través de todo mi cuerpo, estaba furiosa, ese estúpido Alfa, si no hubiese sido por ese estúpido chico ahora mismo estaría alcanzado a esa basura de desertores. ¡Catorce malditos años había esperando para este momento!, Y se vió arruinado por ese patético lobo.

De tan enojada que estaba, tome un jarrón y lo lance con dirección hacia la puerta, justo cuando iba a estrellarse contra está, está misma se abrió dejándome ver al beta, que inmediatamente se agachó para esquivar el golpe del jarrón que terminó rompiéndose contra la pared del pasillo.

El círculo, se rompió.

-Escucha desertora, el Alfa me ha pedido que... -antes de que pudiera terminar de hablar saque una pequeña pistola con balas de plata que cargaba en mi bolsa, y le apunté.

-Si me atacas o algo parecido, no dudaré en dispararte, y son balas de plata bendecidas por un druida-en cuanto mencioné esto su cara se desfiguró y escuché como los latidos de su corazón se comenzaban a acelerar -, ven, camina hacia acá y ni se te ocurra cerrar la puerta. - el beta hizo lo que le dije y al mismo tiempo que él, yo caminaba en sentido opuesto tratando de llegar a la puerta para poder escapar.

Aún tenía oportunidad de alcanzarlos.

-Los más poderosos Alfas se encuentran en esta casa, nunca vas a salir de aquí. -menciono el chico antes de que me fuera.

-Lo tomaré en cuenta - después de decir aquello, guarde nuevamente el arma, cerré la puerta y reacomode las cenizas que estaban bajo está. Así el círculo estaría completo nuevamente.

Ahora sí, corrí pasillo tras pasillo hasta que llegue a la puerta principal, mi salida. Justo cuando iba a irme escuché las voces de los Alfas detrás de unas puertas que me decían que el lugar era un "despacho", y obviamente trate de escuchar lo que hablaban.

-¿Entonces entraremos en guerra?

-Yo creo que eso no es necesario, podemos armar algún acuerdo con los desertores.

-¡¿Relacionarnos con los desertores?!, ¿Estás loco?, ¡Han matado a millones de nosotros!, Nos despojaron de nuestros Alfas verdaderos, somos menos fuertes que antes, incluso ellos son más fuertes.

-Señores -esa voz, esa voz la reconocía, era del Alfa verdadero que me había encerrado, pero ahora sonaba más gruesa e intimidante -, la paz no es una opción con ellos. Y ustedes, nosotros, tenemos algo que ellos no. Un Alfa verdadero, y sabemos que es a lo que más temen.

-Claro, un Alfa verdadero sin pareja. Sin tu luna eres igual que todos nosotros, necesitas encontrar a tu luna a como de lugar, Eliot.

-Lo sé, y pronto será. Por el bien de mi manada y de nuestra raza.

-Cambiando un poco de tema, yo he querido hablar contigo sobre la desertora, la has condenado a muerte, ¿Cierto?, Porque si no lo sabes, tiene varias penas que cumplir.

Oh, hablaban de mí, creo que es hora de irme.

Justo cuando pensaba dar la vuelta me encontré con el beta, quién había sido liberado. Se miraba enojado y sus ojos eran amarillos, me tomo del antebrazo, me acerco a él y habló.

-Te dije que nunca saldrías de aquí.

Oh, mierda.

Bueno, creo que se han dado cuenta de la idea de "las cenizas de serval", está idea originalmente es de la serie Teen Wolf, una serie que me gusta muchísimo.
Espero les guste el capítulo (:

Esclava del Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora