Capítulo 83: Solteria

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Narra Marizza

Mis oídos se percataron del quinto bostezo por parte de Pablo desde que nos sentamos en la sala de espera del hospital.

-Si tanto sueño tenías te hubieses quedado durmiendo - solté de mala gana.

-Tengo responsabilidades - contestó tajante.

-Anoche no parecía que esas responsabilidades te importaran - fije mi vista en una revista. Era obvio que había ido de joda.

-Que vos seas una amarga no significa que los demás lo sean - se cruzó de brazos y me esquivó la mirada.

-No soy una amarga - fruncí el ceño y lo señalé con el dedo índice - vos sos un fiestero que es distinto.

-Te equivocas, lo que estoy haciendo es disfrutar de la soltería - se justificó - al fin puedo hacer lo que quiera.

-Pero por favor - solté sin creerlo - sos un negador.

-Si fuera un negador me hubiese borrado, pero ¿sabes que? Entre esas responsabilidades que asumo tengo que cuidar a mi hijo de la loca que le tocó de madre - dijo como si fueran un nene de dos años peleado.

-Si hay alguien que se tiene que cuidar mi hijo es del padre que le tocó, que deja mucho por desear - contestè de la misma forma.

-Nunca pensé que te molesta verme bien - hablo después de unos segundos en silencio, por primera vez desde que empezamos a hablar lo mire y noto mi ceño fruncido porque siguió - no te hagas la que no entendiste, me ves bien y te poner celosa ¿como es la cosa?

-Cada día conformo más lo tarado que sos - solté sin poder creer lo que acababa de escuchar - ¿vos te estas escuchando? ¿en qué cabeza entre que me pongo celosa por verte bien? es lo que más quiero.

-Ese discurso lo podemos evitar - rodó los ojos - siempre lo mismo, ¿no te cansas? siempre la misma rueda viciosa.

-No es ningún discurso, es la verdad por más que estemos separados siempre voy a querer que estes bien - sus ojos azules soltaron cierto brillo al juntarse con los míos.

-Bueno entonces te podes poner feliz, porque estoy en mi mejor momento - soltó sin sacarme los ojos de encima - disfruto estar solo y hacer lo que quiera.

-Con cualquiera por lo que veo - eso fue inconsciente, no lo controle - desde que pasaste a buscarme note el chupón que tenes en el cuello. Al parecer hubo noche movidita - sonreí irónicamente.

Me ponía triste y celosa a la vez, no me gustaba mucho que digamos la idea que se acueste con otra, bueno no me gustaba para nada. Me generaba rechazo y de solo pensarlo todo tipo de sensaciones se apoderaban de mì.

-Andrade Marizza Pia - nos llama el médico desde la puerta del consultorio.

-Ahorrate los comentarios - le dijo a Pablo - ya entendí que lo único que nos va a unir a partir de ahora es nuestro hijo.

-Nos están esperando - observe que trago fuerte para luego pararse y entrar atrás mío adentro del consultorio.

-Buenos dìas - saluda amablemente el doctor - ¿como están?

-Muy bien - dije con un nudo en la garganta.

-Contame ¿estuviste sintiendo cosas? ¿como lo estás llevando? - preguntó mientras anotaba algo en una libreta.

-Si, siento que se mueve y siento lo normal, como la otra vez - confirme.

-Bueno, podes acostarte en la camilla, el papá puede ir del otro lado - indicó e hicimos lo que nos pidió.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora