Capítulo 45: Análisis

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Narra Laura

-Te digo que estoy bien - dije sentada en el sillón de mi oficina.

-Te acabas de desmayar - contestó Lucia - ¿eso te parece que está bien?

-Es porque no desayune - me excuse.

-Estás pálida, tenes las manos frías, unas ojeras que ni con maquillaje las disimulas y encima no es la primera vez que te desmayas o vomitas en la semana - me reto.

-Estás exagerando todo - me agarre la cabeza - estoy bien de verdad - intente pararme pero no conseguí la estabilidad suficiente por lo que me caí.

-Menos mal que estés bien - el tono irónico se podía notar a simple vista - te voy a llevar a una guardia.

-No hace falta - dije esquivando.

-No me importa - me agarro del brazo y me levanto - nos vamos igual.

Intente imponerse pero me fue imposible porque realmente me sentía muy mal y no tenía fuerza para nada, no era necesario dejar el trabajo un día como hoy donde nos iban a necesitar más que nunca.

Finalmente luego de unos cuarenta minutos pasados en el tránsito, fueron los peores de mi vida, me faltaba el aire, me moría de frío y no era porque estábamos en invierno, me moría de sueño pero siempre en la marcha.

-Te dije que no vengamos - dije de malhumor.

-Es pleno capital - respondió obvio - es obvio que va a haber tránsito.

Nos alistamos en recepción y nos fuimos a sentar porque no teníamos turno y teníamos que esperar al doctor. Si les digo que tuvimos que esperar otros cuarenta minutos más ¿me crees? Al principio iban bien, hasta que llegó la típica mamá con un bebe que no paraba de llorar y sumado a mi malhumor no ayudaba en nada. Finalmente nos atendieron cerca del almuerzo.

-Arregui Laura - dijo el doctor.

-Paso sola - le dije a mi amiga y me levante.

-Bueno contame ¿que paso? - preguntó el doctor cerrando la puerta del consultorio.

-Me siento mal - conteste un poco obvia - tengo mareos, desmayos, las manos frías y mucho sueño.

-¿Te hiciste un test de embarazo? - pregunto sin darme la mirada

-No - contesté asombrada.

Que boluda que fui, ¿como no me di cuenta de eso? definitivamente no era momento para tener un hijo.

-¿Hace cuanto fue tu último periodo? - seguía anotando cosas en una planilla.

-Hace... unas semanas - internamente estaba deseando que no sea lo que el doctor suponía.

-Te voy a sacar sangre ¿si? - si otra no me queda.

Me hizo sentar en una camilla y me puso un guante quirúrgico en mi brazo y para después introducir la jeringa y extraer sangre de mi cuerpo. Según los cálculos del doctor los análisis estarán en unos días y ahí vamos a saber si estoy embarazada o no. De todas maneras iba a tener que ir con mi médico de cabecera para más análisis.

-¿Y qué te dijo? - fue lo único que escuché decir a Lucia apenas me vio salir del consultorio.

-Nada, solo me saco sangre - dije poniéndome la campera que me hizo sacarme.

-¿Vamos a comer algo?

-No quiero nada, tengo mucho trabajo que hacer - dije de una y salí de ahí.

Me subí al primer taxi que encontré y me fui directo a la oficina. Los viernes eran caóticos y no daba andar boludeando por la ciudad.

Una semana y unos cuantos días, solo faltaba eso para ser una mujer comprometida y cada vez me daba más dudas el solo pensarlo. Claramente no estaba lista para eso o capaz no me sentía capaz al lado de él. La verdad ni yo sabía lo que me pasaba, lo único que tenía en cuenta es que quería ser feliz, y hasta ahora no lo había conseguido.

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora