Bastard

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—Leona, hambre.

Suspiró, dándose cuenta de aquel maldito incubo otra vez estaba en su habitación, acostado en su cama como si ella no tuviera nada mejor que hacer que dejarlo comer de su energía vital.

—Primero, mi nombre es Kohaku, no sé cuántas veces debo repetirlo .-masajeo sus sienes, estaba harta de que aquel demonio no la dejará tranquila-. Segundo, estoy segura que tienes a otras chicas con las cuales puedes alimentarte Senku.

El demonio se paro de la cama para avanzar hacia ella con una sonrisa maliciosa, esa sonrisa no era nada bueno.

—Sí, pero pasa que ninguna me sacia el hambre .-tomo el mentón de la chica acariciando su mejilla, contento de ver como esta se sonrojaba ante su tacto-. Tú energía vital es de las más exquisitas que he sentido y pienso devorarla por completo.

Y sin más, la beso.

¿Cómo había terminado en esa situación? En su desesperación por encontrar una cura para la enfermedad de su hermana se atrevió a probar un estúpido ritual de satanismo, dando como resultado invocar a un espíritu lujurioso que apenas verla se lanzó a besarla, robándole así su primer beso.
Cuando quiso reclamarle el solamente dijo que el trato ya estaba sellado, que no se podría deshacer de él y que desde ese momento TODA ella le pertenecía al demonio, aún así él cumplió el trato silencioso y curó a su hermana, a la mañana siguiente de esa situación tan particular Ruri se había levantado como si nada, los médicos jamás explicaron cómo es que su hermana se había curado tan rápido.

No tomó atención a las palabras del demonio, puesto que ella solo creía que se refería a que su alma ahora le pertenecía a él, grande fue su sorpresa cuando lo encontró volviendo todas las noches a su cuarto y solo para hacer eso, besarla.

En estos momentos se encontraba con las muñecas aprisionadas por la cola del maldito, mientras la besaba descaradamente metiendo su lengua a su boca, Kohaku siempre trataba de pelear pero aún así perdía la batalla y el Incubo ganaba, robándole energía que la dejaba completamente ida, cansada, pero por alguna razón bastaba con que duerma y a la mañana siguiente se encontraba como nueva, pero esa noche necesitaba estar despierta puesto que debía de estudiar para su examen de matemáticas, así que haciendo uso de su fuerza se echó hacia atrás, rompiendo el beso mientras el demonio frente a ella la veía enojado.

—¡Oye! Estaba comiendo.

—¡No me interesa! .-trato de soltar sus manos de aquella cola roja, en vano puesto que el tipo frente a ella apretó aún más fuerte-. ¡Auch! ¡Senku! En serio hoy no puedo, debo de estudiar.

—No entiendo a los humanos.-gruño mientras tomaba el mentón de la rubia con algo de fuerza en serio odiaba cuando la humana le negaba algo-. Me vale, tenemos un trato, así que o cumples o me haces enojar y tú hermana vuelve a enfermarse .-sonrío con malicia al ver como la chica se dejaba de forcejear.

—¡Es solo hoy! Tengo exámen de matemáticas mañana y no se me dan bien .-lo vio mientras fruncía el ceño, la amenaza con la que siempre la convencía era esa-. Te lo pido Senku, es solo hoy.

—Tch .-soltó las manos de la rubia para esta vez enrollar su colo alrededor de la cadera de esta-. Bien, pero mañana comeré más que de costumbre .-vio hacia los pechos de la chica y sonrió pasando un dedo lentamente en medio de ellos-. Y no puedes negarte.

Y sin más desapareció, dejando un olor completamente embriagador, suspiró preguntándose en que se había metido, desde aquel primer beso que selló su trato había paso un mes, un mes en que el maldito no dejaba de atormentarla todas las noches, sumado a los besos nocturnos Senku le provocaba sueños bastante subidos de tono y para desgracia de ella siempre era él quien participaba en esto, acarició sus muñecas mientras se disponía a estudiar, de verdad lo necesitaba o perdería la materia.

IncubosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz