The Traitor

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Estar con Minami era relajante, demasiado para alguien como él.
Las circunstancias en que conoció a la chica no fueron otras más que por trabajo, trabajo sucio. Uno de los humanos con los que había hecho un trato quería a la chica y a él podía importar menos, pero algo pasó, algo que cambió todo. Se enamoró de la humana.

El límite de tiempo que había puesto el humano fue de dos meses, pero dentro de esos dos meses quería que la chica no estuviera con nadie, así que pronto Tsukasa se vio obligado gracias a su comida a seguir a la chica por todos lados, fueron dos meses en dónde se entretuvo comiendo la energía vital del humano repugnante, causándole pesadillas en donde era asesinado de maneras distintas o durante el día haciendo que se encontrará a otros tipos repugnantes que le dieran una paliza... Sí, la manera de alimentarse de él era ver el sufrimiento físico de esos seres inferiores, aunque se suponía que los demonios comenzaban a devorar la energía vital de sus pertenencias solo cuando el trato estaba completo, pero las condiciones le permitían satisfacer un poco su hambre.

Así que él cumplía el trato, alejó a cuanto hombre se acercara a la rubia, pero un día tuvo que manifestarse puesto que el hombre con el que la rubia tenía una cita era otro que tenía pacto con un demonio, uno de clase baja al menos así que fue tan fácil cómo aparecer en escena para el pobre demonio inferior rompiera el trato, no quería tener problemas con alguien tan cercano a la familia del infierno.
Pero algo pasó, porque fue descuidado y la chica lo vio, así que cómo si nada fue hacia él.

— Disculpa, ¿Podrías decirme tu nombre? .-le había hablado de forma tímida, pero aún así se sorprendió por el sonrojo que está portaba al hablarle.

—Tsukasa .-respondió de manera calmada, observando a la humana frente a él.

—¿Sólo Tsukasa? .-frunció un poco el ceño, seguramente no del todo convencida con su respuesta, pero aún así le sonrió-. Pues mejor, solo nombres, me gusta. Yo soy Minami y al parecer me han dejado plantada.

—Ya veo .-se iba a retirar del lugar cuando observó un nuevo sonrojo en la cara de la chica ¿Qué le pasaba a esa humana? Podía notar una energía vital demasiado débil de su parte, no era una presa buena, seguramente era más del gusto de Taijuu o Ukyo.

—Si... Oye Tsukasa-kun... ¿Quieres ir por un café?

Según lo que le había dicho Gen, los humanos eran realmente expresivos con su lenguaje corporal, así que solo por mera curiosidad ante la sonrisa tímida y el sonrojo de la chica aceptó.

Y así pasó un mes, dónde siguió reuniéndose con la humana para conversar de todo, descubrió que estudiaba periodismo, que soñaba con trabajar como reportera en noticias que hicieran historia, un sueño patético para su gusto, pero lo que no entendía del todo era porque seguía manifestándose en ese mundo, ocultando su apariencia demoníaca junto a sus marcas en la cara, tado para verla, pero admitía que la compañía de la chica era agradable.
Se negaba a ir a reuniones junto a sus otros amigos demonios, incluso negándose a ver a Senku, quien era el príncipe en el infierno, respondía que había encontrado un trato demasiado pesado, todo para justificarse cuando en realidad pasaba las tardes con la humana.

Pronto llegó la fecha de cumplimiento de contrato, ese día se había excusado con Minami diciendo que tenía cosas que hacer, así que la chica acepto salir con su pertenencia humana. Fueron a un bar en donde el tipo la drogó, para así llevarla a su casa y aprovecharse de ella.

Cuando observó cómo el tipo comenzaba a desnudarla mientras ella estaba inconciente, inmediatamente las marcas en su cara aparecieron, ante su furia entró por la ventana de la casa para tomar por el cuello al humano separándolo de la chica para arrastrándolo hacia otro lugar.

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