Mi situación en 5 apartados.

133 12 7
                                    

Querido anónimo,

necesito analizar detalladamente mi situación:

1. Mis amigas.

¿Nunca has sentido que estás perdiendo a una persona que era tu punto de apoyo? Aunque bueno, yo ya la perdí hace varios meses... Pero es ahora cuando más la extraño. Porque... Me siento solísima. 

Antes ella y yo éramos como hermanas. Al ser las más maduras del grupo, lo comentábamos todo y así nos desahogábamos. Éramos iguales, pensábamos prácticamente lo mismo. Y no sabéis lo que a mi me gustaban y me ayudaban esas charlas... Que ahora tanto echo de menos. 

Ahora, después de tantos meses, ella ha cambiado. Es otra persona prácticamente. No la reconozco. Ya no se preocupa por mi como lo hacía antes y yo por ella, tampoco. Es duro. Porque por lo menos, el año pasado, aunque estaba completamente mal, tenía ese apoyo que ella me brindaba. Me comprendía y me escuchaba siempre, y sobretodo, sabía seguir mis consejos. Por favor... Si era a ella a la primera persona que le enseñaba algo que yo hubiese escrito... Y ahora, ahora nada.

Ya no me cuenta sus secretos. Ya no comparte conmigo sus problemas, porque se ha buscado a otra, y me ha dado completamente coja. Y yo me pregunto... ¿es que ya no recuerda todo la que la ayude? ¿es que ya ha olvidado que cuando más destrozada estaba, la única persona que se preocupó por ella -a pesar de que yo pasaba una época difícil- fui yo?. ¿Quién te soltaba esas parrafadas, diciéndote que todo cambiaría, que valías mucho y que no podías hundirte?, ¿quién te dio su hombro para que llorases sobre él?... Pero todo se olvida... El tiempo pasa y las personas cambian, para bien o para mal... Y hay que aceptarlo, porque no queda otra.

2. Mi familia. 

Mi abuela está enferma desde hace cuatro años. Es una enfermedad mental. Alzheimer... Es muy triste.

Estoy harta de tener que cuidar de ella. Me deprime. Llevo viviendo con nosotros desde hace casi dos años y medio, y ya, no puedo más... No tienes ni idea de lo que significa cuidar de una persona enferma, que por culpa de dicha enfermedad, se comporta como una niña de cinco años. No se hace caso, lo discute todo, responde mal, come con la boca abierta, grita, se queja de todo, insulta, y suelta las cosas como le vienen, sin importar el daño que nos puedan causar.

No creas que me gusta pensar así de mi abuela, siquiera verla así. Porque por encima de todo, es mi familia y me duele, y no sabes cuánto, verla descomponerse de tal manera y que no esté en mi mano poder frenar esto. Muchas personas piensan que el alzheimer es solo una pequeña pérdida de memoria pero... Ojalá fuese solo eso, lo digo en serio. Es irse muriendo lentamente, muy a largo plazo. Sufrir todos los estragos posibles antes de acabar con todo. Duele. Pero más duele lo que esta enfermedad deriva en nosotros, el resto de la familia. Los dolores de cabeza, el bajo ánimo, el pesimismo, las ganas de llorar, perder los nervios. No sabes cuánto discuten mis padres y con qué intensidad... A veces tengo miedo, porque creo que todo se va a acabar. Que al final, esta enfermedad, a parte de llevarse a mi abuelo (también la padeció) y a mi abuela, también acabará con el matrimonio de mis padres, y conmigo misma. Porque mi hermano, y no le culpo, le entiendo mejor que nadie, se va en cuanto puede. A casa de su novia, lejos... A cualquier parte. Pero, aún entendiéndole, me sigue dejando sola frente a esto... Y eso también duele. Porque con él en casa es un poquito menos difícil, pero no puedo obligarle a soportar este infierno, ya que él si que tiene una vía de escape.

Esto va a sonar muy egoísta, pero a menudo pienso que hasta que ella no muera, no podremos librarnos de estas cadenas que nos tienen presos a la tristeza. Aunque haya momento buenos, son pocos.

3. Vida social. 

Antes salía más de casa, por el tema de que no soportaba estar sumida en ese ambiente. Me despejaba, me lo pasaba bien con mis amigas... Pero ya no. Ahora me encierro en mi habitación. En los últimos meses todo ha cambiado drásticamente. Mis amigas han cambiado... Se han empezado a juntar con otro tipo de gente y yo, no encajo ahí. Cada vez tengo menos amigos. Principalmente porque odio la música que han empezado a escuchar y con la que bailan. No puedo bailar si tiene que ser con esa mierda de música. De verdad que lo he intentado pero no me sale. Y si no bailo, pues tengo que estar sentada, con el móvil, en un bar que odio y en el que siento todas las miradas sobre mi. Y, sinceramente, para no estar a gusto, me quedo en casa. Pero en casa solo me encuentro a gusto cuando estoy sola o con mi hermano. Y pocas veces estoy con mi hermano, y menos aún sola. Y me frustra. Porque yo quiero salir y divertirme y no desperdiciar mi adolescendia, pero no me sale castigarme, intentando estar en un lugar odioso, con gente odiosa, escuchando música odiosa.

Y termino por odiar mi situación. 

Porque todas las personas de mi edad quieren lo mismo: ir de fiesta. Pero a mi, la "fiesta" que tiene este pueblo, eso de emborracharte y escuchar reggaeton, y fumar y drogarse, no me va en absoluto. Pero a mis amigas sí y eso es lo que más me choca. 

No me siento a gusto aquí. Quiero huir y alejarme de este lugar. No puedo respirar. Siempre estoy pensando antes de actuar, porque tal vez, si hago una cosa éste hable y si hago otra, hable el otro. Es muy frustrante, maldita sea. Odio este pueblo, con toda mi alma. Pero, por encima de todo, odio a la gente que vive aquí.

4. Mi futuro. 

No sé qué estudiar. El día de mañana no seré nada. Siento que me voy a equivocar en la decisión que escoja, y es que nada me atrae. Lo único que me haría ilusión sería ganarme la vida dibujando o escribiendo... Y nada más. Pero arriesgarme a esto es como tirarme al vacío con una pequeña cuerda atada a un mechón de mi pelo. 

Pero, por salir de aquí, me arriesgaría, sino fuera porque tengo miedo. Porque quiero creer lo que todos dicen, que valgo para escribir, pero siento que no soy tan buena y que jamás llegaré a nada en este sector... Y eso me frena. 

Hace unos días me presenté a un concurso literario y no sé si ganaré. Mi hermano, al leer lo que había escrito y presentaría al concurso, se quedó fascinado. Creo que jamás se pensaría que yo podía escribir con tal madurez y me dijo que, si escribiera un libro con ese tema, lo leería encantado. Y él no es de leer para nada. Me alegro bastante, no creas. Pero cuando lo leyó mi madre, no pudo sacarle más pegas... Y me desanimó. 

Mi hermano me dijo que tal vez tuviese envidia, porque no todas las chicas de 15 años escriben así. Pero no sé qué pensar. 

Sinceramente, ojalá pudiese vivir de escribir, porque es lo único que me da vida. Y juro que haré todo lo que esté en mi mano por conseguirlo... Aunque todo esté en contra. Porque nada me atrae más que esto. Absolutamente nada.

5. Punto de apoyo. 

Hace algo más de un mes conocí a una persona, de estas que conoces por internet y que están más en tu honda que las que tienes alrededor. Y maldita sea esa persona... ¿Por qué tiene que vivir tan lejos?

Jamás nadie se ha preocupado tanto por mi en mi vida tan sinceramente. Y si escucharas su historia... Es terriblemente dolorosa... Es un héroe, lo juro. Yo, en su situación, no hubiera podido soportar seguir viviendo y él sigue ahí... Ayudándonos a todos, cuando él está más destrozado por dentro. Lo admiro. Él me ayuda a seguir adelante. Me da fuerzas. Y eso es ahora lo que más necesito... 

Porque, desde que le conozco, mi autoestima ha subido. Ya no me veo tan mal e incluso me voy aceptando. Y eso no lo ha conseguido nadie, ni siquiera yo misma... 

Lo único que me alegra es saber que llegarán las noches del viernes y del sábado, para hacer skype con él, y olvidarme de todo. Y verlo, aunque sea a través de la pantalla, y escucharlo. 

Porque nadie me ha ayudado ni me ha comprendido tanto en mi vida, y gracias a él, estoy saliendo de esta penosa situación. Nunca, ni aunque viviese 1.000 años, podría agradecerle todo lo que hace por mi, a pesar de que está a kilometros.

Pero tengo miedo, porque no sé qué pasará en el futuro y si lo pierdo... Supongo que nada volvería a ser igual.

Bueno, anónimo, gracias por escucharme... Necesitaba desahogarme. Gracias por todo.

A. Lennon. 

Manual de desahogo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora