Y que si el mundo estaba loco...

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Querido anónimo, 

En algún momento del camino comprendí que existen normas sin sentido, leyes injustas y valores vacíos. Que la maldad es una conducta adquirida que cada vez más personas acogen. Que la empatía dejó de ser algo necesario para poder convivir con el resto de mortales. 

 El mundo se volvió egoísta y lo único que imperó fue el "mi problema es más grave que el tuyo, así que calla, escucha y solucionamelo". Y sin quererlo, se adoptaron palabras soeces que aumentaban el daño y nos olvidamos de unos simples "por favor" y "gracias" que tantas sonrisas cómplices sacaban. Despedimos a los buenos modales y con ello, dejamos de ser personas, para retroceder y convertirnos en animales, en fieras que necesitan imponer su palabra como única verdadera sin siquiera escuchar el valor de otras. 

 Quisimos evolucionar, acercarnos a quienes estaban más lejos, inmortalizar momentos, guardar por siempre recuerdos, personas. Quisimos evolucionar, pero sin quererlo, descuidamos la parte más noble del ser humano y retrocedimos. 

En algún momento comprendí que el mundo no era justo y que la vida no es un camino de rosas, que todo cuesta, que lo fácil es difícil y lo difícil, doloroso, pero que con esfuerzo todo se consigue. Comprendí que el camino lo marco yo y que no puedo esperar a que alguien lo haga por mí. En algún momento comprendí que no debía abandonar y que si el mundo estaba loco, no podía desperdiciar mi oportunidad de integrar un poco de cordura.

A. Lennon.

Manual de desahogo.Where stories live. Discover now