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- SIMÓN -

Al día siguiente, los diarios ya han salido y está observando en silencio como Raphael lee en voz alta la noticia más popular de la portada, y es que los Lightwood han revelado la ruptura de compromiso de manera pública, diciendo todo de manera directa y sin vergüenza alguna, haciendo lo que estaba temiendo hace tiempo, dejándolo en ridículo por tantas razones ridículas. Por no proteger a Isabelle de ser atacada supuestamente por la sirviente Maia, por no haber finalizado la tradición y la falta de confianza de los negocios a la hora de ser esposos, poniendo la duda de que los negocios tienen intenciones malas y que su orientación sexual no es la correcta. Simón sabe que la sociedad hablará de ello por mucho tiempo, porque se alimentan de eso, de rumores, y eso hace que la sangre le hierva de ira, porque lo están humillando sin respetar que es un Lewis.

— ¿Qué harás ahora?

— Acabaremos con ellos por haber ensuciado mi nombre públicamente. Ve y mata a Maryse, eso dejará una lección, no quiero matar a todos si están implicados con "El círculo".

— Sí, señor.

Lo ve como tira el diario hecho un bollo lejos, golpeando dentro del tacho de basura, para comenzar a servir el té. Simón deja que de su boca escapen quejas y quejas con algunos insultos de por medio, lo que menos quiere tener encima es a la sociedad hablando de su orientación sexual y dudando de los negocios Lewis, pero no dejará que se salgan con la suya, no dejará que los Lightwood le difamen de esa manera sin esperar consecuencias de sus actos. Cuando era niño respetaba tanto a esos adultos, pues los admiraba y era muy cercano a la familia, tuvo contacto con los tres hijos, parecían una familia más de parte de los Lewis, pero a través de los ojos de un niño inocente todo son buenos y todo va bien, una vez crecido y con tantas experiencias malas, ya no se puede confiar en nadie, por ende descubre secretos que antes no podía ver.

— Deja de fruncir el entrecejo Simón, esto no es un problema tan difícil como para que te coloques de esa manera— murmura Raphael colocando una taza frente a él— has enfrentado situaciones más difíciles como para importante lo que dirán la sociedad Nephilim.

— No me gustan los juegos sucios— murmura Simón apretando la mano en puño— pero tienes razón Raphael, no perdurará por mucho tiempo en este mundo ¿Por qué estoy preocupado por lo que dicen?

Simón no tiene ningún miedo a saber el final de su vida, no le importa decir en voz alta que su alma será consumida, porque es algo que no se va a evitar, pero lo que si le parece curioso es que cada vez que esas palabras salen por su boca el brillo de los ojos de Raphael cada vez es menos, antes sus ojos brillaban al decir esas palabras, sus labios se ensanchaba mostrando sus afilados dientes, mientras se saboreaba como un animal ansioso por devorar a su presa, pero actualmente observa que es diferente, sonríe pierde sus ojos pierden el brillo y ya no parece tan animal, pero no quiere pensar que ese demonio se está acostumbrando a su cercanía porque el trato debe cerrarse, a pesar de que se estén acostumbrando a la presencia del otro, Simón está decidido, morir y dar el alma si el trato se cumple sin importar nada más, no le tiene miedo a la muerte porque ya fue capaz de enfrentarlo.

— Los mundanos se horrorizan por todo, y cuando se trata de sexualidad es peor, antes se horrorizaban porque las mujeres estaban dejando de ser conservadoras y comenzaron a decidir por su cuerpo— opina Raphael— ahora es con personas con diferentes gustos, tratan de categorizar a cualquiera como "extraño" o no normal para que la sociedad tengan algo en donde poner la atención.

— Hablas tan mundanamente— dice Simón mientras toma un sorbo del té, sintiendo la miel endulzante.

— Lo soy, pero hace algunos siglos, mi ser es más demonio que mundano, soy lo bastante antiguo para saber que las generaciones siguen teniendo sus manías pero de manera modificada.

Eso hace que Simón se quede con la taza a media altura, mirando sorprendido a aquel demonio, se está dando cuenta que nunca preguntó sobre los orígenes o lo que hay en el más allá, en el submundo, así que ahora escuchar que ha sido mundano y se transformó en un demonio del submundo le ha sorprendido lo bastante para quedarse así. Raphael parece desinteresado mientras está frente del escritorio.

— ¿Fuiste un mundano? — Pregunta atónito Simón — Raphael, eso no lo vi venir ¿Qué más escondes? ¿Por qué no me lo contaste?

— Has estado tan metido en ti, que nunca preguntaste— dice con indiferencia Raphael— además ¿Por qué debería hacerlo?

— Si fuiste un mundano, y te transformaste en un demonio ¿Significa que no son los que están en la escala primaria de los demonios?

Ve como Raphael coloca las manos en el escritorios mientras se hace para adelante, cerca de Simón que se está haciendo hacia atrás pegándose a la silla por lo incómodo que está con el cambio de asunto, en su rostro muestra que está a punto de hacer una travesura, una sonrisa de arrogante mostrando los colmillos a aparecido en su cara, su lengua va pasando lentamente por su labios haciendo que Simón trague grueso, es que aún no puede olvidar lo que ha sucedido la noche anterior y lo que causó ese demonio tanto mental y como físicamente.

— ¿Qué me darás a cambio de decirte lo que quieres? — pregunta con voz suave Raphael.

— ¿Qué?

— Si, lo que escuchaste— remarca el demonio— no te voy a dar información si no tengo nada a cambio, joven amo.

Simón siente un escalofrío recorrer su cuerpo completo hasta llegar a la parte baja de su abdomen cuando Raphael dice "joven amo" de un diferente idioma, con un tono más profundo, todo propio de un demonio tratando de jugar con la presa, pero primero tratando de atraerlo. Y sabe que su cuerpo reacciona cada vez más a los juegos de Raphael sin poder controlarlo bien, porque su cuerpo ya no es de un niño, sabe que está en una edad de la adolescencia pasando a la adultez y siente los cambios completos de ello, y siente reacciones en su miembro mucho más veces que antes por causas de ese demonio, también entiende que ese quien está frente a su vista es un demonio astuto y seguir con sus juegos se puede quemar tarde o temprano. Pero no puede huir de algo que no podrá hacer, tarde o temprano caerá.

— ¿Qué quieres a cambio, Raphael?

— ¿Me vas a dar cualquier deseo solo para que te diga lo que se? Eres tan ambicioso joven amo— dice Raphael pasando su lengua por sus colmillos—y es exquisito.

La mirada del demonio repasa todo su cuerpo haciendo que Simón sienta la necesidad de reclamarle y decirle que basta, pero no puede moverse, solo sentir que su garganta se reseca mientras trata de no parecer tan nervioso a la vista de Raphael, no demostrar lo que está causando. Un olor dulzón comienza a entrar por sus fosas nasales haciéndolo marear, teniendo que abrir un poco su boca para tomar más aire y no demostrar que todo se está volviendo algo tenso.

— Si, dime todo lo que sepas.

— Todo lo que mi joven amo desee— dice Raphael burlesco— aunque... para un joven de diecisiete años de edad, acaba de hacer un cambio muy riesgoso para ti.

— No voy a dar marcha atrás Raphael, ahora habla y deja esa jodida sonrisa. 

Venganza ||Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora