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- RAPHAEL -

— A pesar de que tengo sentimientos confusos por ti, no voy a ceder ante ti.

Porque hay una diferencia de lo que dice y con lo que está demostrando su rostro, parece a punto de llorar y sus labios están temblando, ni siquiera sabe que está pensando para que su rostro está de esa manera, pero de todas maneras Raphael se siente culpable, porque está poniendo en aprieto a Simón, ninguno de los dos está seguro de los sentimientos que le sucede con el otro. Es solo que es la primera vez que lo están experimentando y hay tantas situaciones que le están impidiendo saber lo que sucede. Ve una pequeña lágrima bajar por la mejilla blanquecina del menor, mueve su mano para secarlo antes de que lo note mientras lo acerca más, sabe lo que pasara y no puede evitarlo, así que lo único que puede hacer es abrazarlo por primera y última vez demostrando el afecto que lleva dentro, colocando sus brazos alrededor de su cintura mientras pone su frente en el hombro de este.

— Tengamos una buena noche hoy, y salgamos vivos— dice Raphael— por lo menos quiero una despedida tranquila entre ambos.

— Encárgate de mi seguridad entonces— dice Simón dejando escapar un suspiro— quiero tomar antes de mi muerte un poco de alcohol contigo, y no solo con Magnus.

— Bien, ahora déjame despedirme como corresponde de este vínculo que desarrollamos a través del pacto— susurra Raphael— déjame probar tus labios una vez más.

Mueve su mano hacia el cuello del menor, para empujarlo de esa parte hacia él, lo ve confundido y sorprendido haciendo fuerza para alejarse, su cara está sonrojada y sus labios están entreabiertas dejando escapar su aliento que choca con su rostro, Raphael sabe que no es enamoramiento pero es un sentimiento tan profundo que podría llamarlo de esa manera, aunque lo sustituye por deseo, un deseo profundo que los demonios de su categoría pueden sentir; se mueve un poco hacia adelante atrapando aquellos labios con los suyos, colocando sus manos en la espalda del joven empujándolo hacia él, mientras mete su lengua en la boca en el contrario una vez que Simón ha cedido, es que quiere probar aquel sabor único, es como si su cabeza quedara en blanco por un momento y sus tensiones preocupaciones desaparecieran. Entonces la puerta es golpeada.

— Magnus Bane quiere que bajemos porque quiere hablar.

Raphael se separa de los labios del menor viendo como con esa oportunidad puede tomar aire, comienza a arreglar su ropa y su cabello mientras remoja sus labios, su despedida ha sido realizada, una vez que comience la guerra ya no habrá sentido de racionalidad, es morir o vivir, es proteger la vida de ese mundano por encima de todo, es no perder de vista a Simón ni entregárselo a ellos, es solo proteger lo más preciado que tiene y no solo por el alma que lleva dentro, sino por el afecto que desarrollaron ambos en su convivencia. Ya una vez que deja de arreglar el aspecto de ambos, se levanta para tomar el bastón que se ha caído al suelo, acaricia la mejilla del menor y abre la puerta, Simón no ha reaccionado aún, parece no tener voz, está paralizado, pero reacciona para tomar la daga, colocarlo en el cinturón del lado de la espalda.

— Suerte hoy —dice Simón.

— Suerte hoy —responde Raphael repitiendo— cuidaré tu espalda en todo momento.

Ambos salen de la oficina, Raphael comienza a correr personas en el camino para que Simón pueda caminar, todos van al mismo lugar pero como perro guardián tiene derecho a estar cerca del demonio que cuida, una vez que están bajando las escaleras y los integrantes del submundo que están en cada peldaño hacen lugar para bajar, escuchan la voz de Magnus en una de las salas de reuniones. 

Después de un trabajoso caminar llegan donde esta aquel demonio, son recibidos en un lugar donde el menos puede sentarse, aun parece que no ha dicho nada importante, pero con solo mirar la situación y mirar sus ojos gatunos sabe que hay malas noticias que debe dar y que se encuentra preocupado por la situación, debe haberse dado cuenta en aquella búsqueda de algo que hiciera ver que son superiores y pueden ganar. Los ventanales están abiertos donde muestran a las personas que están afuera escuchando pero dando la espalda mirando hacia afuera, la puerta principal de la sala ha sido sacada y las que están a los costados también, los muebles han desaparecido para darle más espacio solo está la silla donde está sentado Simón.

— Muy bien, ya estamos todos aquí, y debo hablar en esta situación tan tensa que estamos por enfrentar— dice Magnus— el día de hoy recibimos la mala noticia de que el grupo que salió anoche a cazar han sido cruelmente asesinados, con ello pudimos ver situaciones horrorosas en aquel lugar, y debo confesar, estoy preocupado por nuestra condición.

La gente alrededor está comenzando a inquietarse, mirando hacia todos lados ve preocupación y murmuraciones de personas que no saben qué hacer, quieren huir, quieren dar marcha atrás. Entonces mira a Magnus nuevamente esperando que diga algo alentador, pues decir palabras negativas como lo que está haciendo ahuyentara o llenara de miedo al submundo, lo cual puede ser un punto en contra, todos estarán tan llenos de miedo que no darán pasos y un ataque de los demonios oscuros serán nada, morirán rápidamente.

— Pero... tengo esperanza hoy de nosotros, porque tenemos algo que ellos no, y es inteligencia, nos hemos dedicado a aprender a sobrevivir, a hacer estrategias para todas las situaciones de vida— añade Magnus— y hoy los estamos llevando a cabo, porque hemos planeado esto por días, pero no hay que confiarnos de lo que hemos preparado, debemos atacar también, sin compasión, con la mente en frío, porque hay que salir vivos hoy para disfrutar la libertad.

Hay un unísono de voces en manera de apoyo para Magnus, Raphael ve como Simón sonríe mientras le devuelve la mirada, es una manera de terminar un discurso con mucho ánimo para todos, realmente dudaba de Magnus pero logró lo que quería, ahora a su alrededor parece más que animado mientras los brujos hacen aparecer armas y cada uno va tomando. Raphael se mete delante de Simón para que la multitud no empuje o por un descuido de ir eligiendo armas se caigan encima de Simón. Ve de reojo como personas les van pasando armas a las personas de afuera, y otros van gritando que necesitan hacer un paso de arma para las otras personas que están fuera de la mansión y no cerca del ventanal, es que el cielo ya está oscureciendo y pronto comenzará todo.

— Es hora, hay que ir a posicionarse en sus lugares— dice Magnus en voz alta— y por favor, manténganse vivos. 

Venganza ||Saphael|| (RESUBIENDO)Where stories live. Discover now