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- SIMÓN -

Está sentado en una roca mientras ve el agua moverse frente a él, hay peces que llaman su atención, se mueven entre el agua cristalina, hay de todos colores y de todos los tamaños, y que pronto terminaran siendo su comida si todo llega a ir bien, pues tan bueno en la cacería no es, y muchas veces su hermano mayor y su padre se han burlado de sus pocas habilidades en ello, lo cual optó por separarse para ir solo cuando se trata de estas actividades. No entiende cómo es que a pesar de haber practicado y haber observado por mucho tiempo se le hace difícil, y más un híbrido como él donde todos dicen que son superiores en capacidades y habilidades, lo único que sabe es que se le da bien en la literatura o actividades que no deben ponerse el esfuerzo físico. Pero no se va a rendir, le mostrará a sus padres y a su hermano mayor de que es capaz de llevar la comida a casa.

— Simón, si te mojas mamá se enojará, sabes que debemos ir a la mansión de Magnus.

— ¡Ah! ¡No me asustes!

Deja caer la lanza al agua mientras lleva su mano a su pecho, detrás de él está Fran, su hermano mayor, mirándole con una sonrisa divertida como suele tener siempre; desde que nació sabe que ha sido cuidado por él y siempre ha estado a su lado para protegerlo y enseñarle, pero muchas veces siente que es sobreprotegido y observado de diferente manera, como si estuviera registrando su evolución y cada minúsculo comportamiento que tiene, además de que suele decirle cuando tienen conversaciones serias por peleas o diferencia de pensar, que le recuerda a alguien que conoció una vez, eso hace que su sentimiento de familiaridad con su hermano mayor tenga algunas diferencias.

— ¿Querías cazar peces? — Pregunta Fran— sabes que hoy y mañana estaremos en la mansión de Bane, los peces se comen frescos, no puedes cazarlos ahora.

— Solo estaba observando.

Se tira sobre la roca boca abajo y trata de estirarlo lo mejor posible para alcanzar aquel objeto que le regaló su padre a los siete años de edad en evolución híbrida, un objeto tan importante que ha cuidado de que no reciba ningún golpe, cuando lo alcanza se incorpora y se pone de pies para mirar a su hermano mayor que ha movido su mano para acariciar su pelo mientras deja escapar una carcajada, aunque suena un poco triste, y supone que debe tratarse de la persona que espera en la mansión. 

Es que ha estado escuchando por días por parte de su familia que una persona iba a llegar, comentaban en susurros cosas que no lograba entender, pero que parecía ser lo bastante importante para movilizarlos y que ese tema fuera un tema de interés y que por alguna razón lo excluyeran a él, como si fuese un tipo de secreto, muchas emociones se vivieron y aunque se lo ocultaran no era tan distraído para saber que el ambiente pasaba de tristeza a curiosidad.

— Ven, caminemos juntos a la mansión, debemos hablar de algo importante.

— Bien, es hora de que hables asuntos de adultos conmigo—festeja.

Comienzan a encaminarse sobre las arboledas para llegar tomando atajos hacia la mansión, ambos caminan lado a lado con su lanzas en manos, Simón se siente ansioso de saber todo lo que quiere contarle su hermano, si lo comenta lo que sucede entonces significa que su edad hacen efecto de que ya es grande, y su madre dejara de tratarlo como si fuera un niño pequeño, pero al ver a su hermano de manera tan seria y mordisqueando su labio le hace pensar si ha sucedido algo grave y por eso no se lo quisieron contar.

— ¿Te acuerdas que una vez te conté de que solías hacerme recordar una persona? —pregunta después de unos minutos.

— Si, lo recuerdo, siempre lo dices cuando estamos hablando serios o estamos discutiendo porque no opinamos igual, me tocas el rostro y me dices eso— responde Simón alzando los hombros— pero es normal, dice mamá que en el mundo hay siete personas que se parecerán a uno.

— Te contaré la historia del tío Simón Lewis, a quien te pareces tanto y más, así que presta atención mientras hablo, porque lo siguiente a eso es importante.

Escucha con atención como cuenta brevemente del encierro del submundo, que es un tema que ya sabe por los libros, y cuenta sobre los Lewis y como la última persona del linaje fue quien ayuda a la liberación, que también sabe porque es un tema importante que se escucha de las bocas de todo subterráneo cuando hablan del tema, pero esta vez comienza a contar de la vida de esa persona que ninguna persona ha querido hablar porque Magnus lo ha prohibido. Escucha como Fran cuenta de un niño que fue capturado en un incendio en la mansión donde vive el brujo actualmente, ese chico Simón que tiene el mismo nombre que él, fue el único sobreviviente en aquel incendio pero que sobrepasó tantas cosas que termino haciendo un trato con un demonio de la raza hijo de la noche del submundo para vengarse.

En la época que aún seguían capturados Raphael Santiago, un subterráneo que se ha escuchado nombrar pero que nunca lo ha visto en persona porque nadie sabe dónde está, su hermano está contando sobre ellos como cliente y demonio que estuvieron años juntos, cómo se encargaban de personas que abusaban de niños, de cómo levantaron todo lo que los Lewis tuvieron una vez, y de cómo prepararon todo para la llegada de Magnus que daría el pie para enfrentarse a un tal círculo y a demonios oscuros, pero a la vez le cuenta de un tipo especial que fueron adquiriendo, un vínculo tan fuerte que podría decirse que había romanticismo, y mientras mira a su hermano que parece perdido en su pensamiento toma una pequeña foto que le está pasando a su mano.

— Ellos son Simón Lewis y Raphael Santiago, fue al comienzo cuando Simón volvió al territorio para buscar y vengarse de las personas que causaron la muerte de su familia.

Simón se ha mirado lo suficiente en el reflejo del agua para ver que tiene rasgos parecidos, pero no todos, de ese Nephilim mundano, pero que se ve tan joven y menor que le hace dudar si su hermano lo conoció siendo más adolescente que lo llevó a decir que se parecen, mira a la otra persona y se da cuenta que realmente hace honor a que es parte de los hijos de la noche, porque tiene la belleza que ha visto de aquella especie.

— ¿Ellos dos se enamoraron?

— Si, lo pude ver con mis propios ojos, sentimientos que ellos no entendían pero que yo sí, un enamoramiento primerizo para ambos.

— ¿Y por qué pasó con ellos?

— Tío Simón entregó su alma a aquel demonio como era el trato, no podían pasarlo por alto porque debe cumplirse sí o sí, y ese Nephilim tenía más agalla que cualquier demonio del submundo, nunca le tuvo miedo a la muerte.

No entiende porque su hermano le está contando eso tan íntimo de esas personas, porque le está contando de lo que vio y supuso mientras estaban en época de ataque en aquella mansión, pero solo lo escucha porque parece tan emocionado mientras habla y por alguna razón se siente de la misma manera, saber que hay otro Nephilim que tuvo un vínculo con un subterráneo como ellos, como Magnus y Alexander, o sus padres que parecen tan enamorados cada vez que los ve, y a la vez se siente triste porque esos dos chicos no pudieron terminar felices como los demás.

— Pero Simón ha reencarnado como su primer ancestro, y eso es bueno— dice Fran mientras se detiene y lo mira— y Raphael ha vuelto de su viaje de búsqueda.

— ¿Reencarnó? ¿En quién? — pregunta sorprendido.

— En ti. 

Venganza ||Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora