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Tumbandose sobre el sofá, Frank dejó caer su cabeza con todos los pensamientos dentro. Su cabello se deslizaba en perfectos mechones hacia el suelo, y no podía esperar para finalmente terminar el trabajo que tenía entre sus manos.

Necesitaba dormir. En serio. Pero las páginas y páginas de sus libros de estudio ocupaban sus horas, días y noches, leyendo. Terminando un párrafo y volviendo a comenzar porque su mente divaga a cada segundo.

No es que no se lo tomara en serio, pero se sentía agotado, faltaba poco para la mitad del año y ya estaba cansado.

Desde el cumpleaños de Bandit, no había vuelto a ver a Gerard. Y tampoco tenía tiempo para ver a Michael mucho más que los minutos en donde se cruzaban por casualidad en la univeraidad, apenas tenía tiempo para respirar.

Era sumamente molesto, porque renegaba de manera constante, claramente no estaba feliz, aunque se esforzaba en pensar que todo mejoraría, y que solo debía atravesar esos momentos con tranquilidad, cada día se volvía más problemático, y difícil de transcurrir.

Sus profesores no respondían sus mensajes, y no los culpaba, él tampoco querría contestar mensajes un viernes por la tarde, mucho menos a uno de sus idiotas alumnos.

Lanzó los papeles sobre la mesa y pasó sus manos por su rostro, un poco inquieto con la idea de dejar todas esas lecturas para después, pero realmente no se sentía con la energía suficiente.

Decidió que lo mejor sería salir a tomar un poco de aire libre, y así lo hizo. Se colocó una sudadera bastante grande para su tamaño, por si hacía un poco de frío, y salió. Al girar la llave en la cerradura, tuvo una mejor idea, y volvió a ingresar. Tomó la correa de Soup y la buscó por la casa, hasta finalmente encontrarla, ella estaba durmiendo detrás de uno de sus muebles.

Aún era una cachorra, y dormía bastante, por eso el castaño quiso sacarla a dar un paseo, y así además no se sentía tan solo.

El día era particularmente soleado, aunque la brisa lo hacía un poco fresco. Pensó en que podría ir a un parque o simplemente caminar por las calles, pero finalmente decidió encaminarse hacia el parque más cercano. El lugar era bastante grande y con varios niños jugando por aquí y por allá.

A Soup le faltaban aún tres meses para ser adulta, y eso significaba que no tenía el mejor comportamiento.

—¡No lo muerdas!—levantó su voz cuando vió a la cachorra mordisquear la correa que la sostenía. Entre jalones y regaños caminaron por el sendero de color verde que estaba marcando en el suelo.

Decidió desviarse del camino y caminar por el césped, aprovechando para sentarse en uno de los bancos y quitarle la correa a Soup, dejándola solo con la pechera de color rojo para que pudiera correr libremente.

Frank la observó corretear por todas partes, acercandose a otros perros y a veces ladrando, hasta que desvió su mirada por un momento, distraído con unos niños jugando a unos metros, y cuando devolvió su mirada a la cachorra, ella ya no estaba en su campo de visión.

Como era de esperarse, el miedo lo recorrió en menos de un segundo, y giró su cuerpo bruscamente, buscandola. Sus pies se movieron por inercia, tratando de concentrarse en encontrar el tono castaño en el pelaje de Soup, pero era bastante difícil considerando que había una buena cantidad de perros en el lugar.

Su angustia se acrecentaba cada vez más, y por eso comenzó a correr buscándola. Dió vueltas por los árboles y juegos que allí había, pero no estaba escondida detrás de ellos, ni en ninguna parte, hasta que un destello rojo se hizo presente por el rabillo de su ojo.

Giró su cuerpo y allí estaba, Soup parecía estar disfrutado la compañía de unas personas que descansaban sobre una manta, conversando tranquilamente.

—¡Soup!—chilló molesto, notando que su mascota estaba recostada sobre la manta ajena, avergonzadolo inmediatamente—, lo siento tanto, es muy pequeña y no debí haberla dejado sin su correa. Lo siento, de verdad—terminó de enganchar  la cuerda con la pechera de Soup, finalmente levantando su rostro para descubrir que la persona a la que le hablaba era sumamente conocida.

—Hola Frank—su voz sonó tranquila, y un poco jocosa. Se encontraba en una situación completamente diferente a la del contrario. Gerard había salido con una de sus amigas, Melissa, que en ese momento estaba frente a él simplemente observando la situación—, me alegro de que hayas encontrado a Soup.

Frank sintió sus mejillas calientes, y pensó en lo alto que seguramente habia gritado la palabra "Soup" por el parque, tantas veces que Gerard lo había recordado. Estaba agitado, respirando irregularme y con mucho calor por haber corrido. Básicamente se sentía el peor desastre con la peor suerte en el mundo.

—Gerard—mencionó sorprendido, permaneciendo en silencio por unos segundos, con la mente en blanco y sin poder articular una palabra más.

—¿Si?—indagó torpemente el pelinegro al notar que Frank no estaba en su momento de mayor lucidez.

—Gracias por quedarte con Soup, y lo siento de nuevo—musitó suavemente y con nerviosismo, enderezandose con la cachorra entre sus brazos, observando el rostro del pelinegro, e intentando descubrir tan solo con sus ojos quién era la joven sentada a su lado, de cabello corto y ojos verdes, iguales a los de Gerard.

—Está bien, no te preocupes, estoy feliz de verte—sonrió con sinceridad. Ya lo consideraba un amigo de la familia, incluso de él, y a decir verdad Gerard no le otorgaba el título de amistad a cualquiera—, ¿no quieres quedarte con nosotros?

Frank titubeó, sin saber realmente qué decir. Por naturaleza no era el mejor con las relaciones sociales, mucho menos con el hombre que le gustaba, y aún peor en esa situación, en donde no se esperó de ninguna manera encontrarlo.

—No, no quiero molestar—negó, sintiendo el nerviosismo y la incomodidad recorrer su cuerpo—, ya debo regresar con Soup y además no quiero interrumpirlos.

Gerard inclinó sus cejas un poco confundido, realmente no estaba interrumpiendo ni molestando, porque solo estaba con una de sus amigas disfrutando del aire libre.

—Pero...—comenzó, aunque Frank ya estaba despidiéndose, por lo tanto solo le quedó sonreír un poco inquieto—, está bien, nos vemos en otro momento
—movió su mano en forma de saludo y lo vió alejarse.

Continuó su conversación con Melissa, comentandole un poco lo amable que Frank era y lo bien que le caía, suponiendo que en ese momento no tendría tiempo para quedarse con ellos y eso era todo.

Pero Frank se carcomía la cabeza mientras caminaba, intentaba quitar de su mente la idea de que Gerard podría estar saliendo con alguien más, aunque ni siquiera tenía el derecho de cuestionar ese tipo de cosas.

Aún así los celos lo acompañaron por toda la tarde, incluso si esa amiga no tenía ninguna clase de interés amoroso en el pelinegro, solo saber que podía estar con Gerard con tanta tranquilidad y probablemente cuando lo deseara, lo hacia sentir un poco de envidia.

Soon We'll Be Found. [Frerard]Where stories live. Discover now