-shuichi es un detective novato que es constantemente infravalorado en su trabajo, solo quiere resolver un caso y cumplir con su deber.
-ouma es un ex-criminal que fue metido a prisión por el único crimen que no cometió y ahora que finalmente es lib...
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Había pasado mucho tiempo desde que él venía a esta prisión, un poco más de 3 años por la falta de gustó que le daba encontrarse siempre con la misma escena.
—señor togami, un placer tenerlos de vuelta- exclamó él coordinador de la prisión recibiendo un leve movimiento de cabeza por respuesta
—vine por él
—suponia eso, le pido acompañarme
El coordinador dió media vuelta y se adentro más en la prisión con togami detrás suyo; mientras más se adentraban más podía cambiar el entorno, no podía definirse como un lugar sombrío o alegre, quizás solo como un lugar diferente, con sus propias reglas y métodos que son ocultados con facilidad; por doquier había personas que despertaban todos los días de la misma forma con la misma comida y las mismas personas, de alguna manera era familiar, siendo siempre lo mejor aquello que guardaban sus mentes ¿Que hicieron?¿Se arrepienten?¿Lo volverían hacer?
Finalmente llegaron a un extenso comedor cubierto por gruesas paredes de hormigón, policías en cada esquina y diferentes mesas puestas por doquier; togami tomo asiento en la mesa más centrada y espero solo por un momento, 2 minutos quizás, hasta que las puertas dobles delante suyo se abrieran y mostrarán lo que lo haría poner la expresión más sorprendida que su inexpresiva cara podía hacer.
Dos oficiales sostenían a un prisionero con esposas en sus manos que dirigían para que se sentara enfrente suyo, togami calmó su expresión y analizó a detalle al chico que tenía enfrente: era de piel muy blanca, cuerpo pequeño y delgado, cabellos oscuros que rosaban el púrpura, rostro con facciones infantiles y dos llamativos ojos, el izquierdo de un bello azul y el derecho de un misterioso morado .
—vamos, pregunta, se que quieres hacerlo-exclamo el misterioso chico ladeando una sonrisa y con una voz que parecía transmitir inocencia pura.
—¿Que ocurrió en tu rostro?
—a veces las cosas se ponen feas aquí, seria raro que no me tocará en 3 años
La voz y sonrisa denotaban cierto encantó, movía sus manos para tocar sus mejillas con sus palmas y recargar sus codos en la mesa sin dejar de ver a togami, sus ojos grandes y directos se impregnan en la mente del rubio dejando claro un mensaje " no me agrada tu presencia", un sin fin de emociones que se ocultaban en esa sonrisa pícara pero no dejaban de estar ahí, decepción, irá e incluso odió.
—volvio—termino diciendo togami mientras acomodaba su corbata tratando de soltar algo de tensión.
—que extraño, yo todavía estoy aquí-respondio de forma burlona
