C A S I O P E A [Jasper Hale]

12 ▪︎ V I S I T A S

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¿Creéis que podréis dirigir alguna de esas bolas a la cabeza de Isabella? – comentó la pelirroja mientras bajaba del asiento trasero del Jeep al tiempo que Emmet estallaba en carcajadas y Rosalie esbozaba una corta sonrisa.

- Podríamos matarla – dijo en cambio Jasper, que tampoco pudo evitar elevar la comisura de sus labios.

- Estaba pensando en que tal vez un golpe cambie su personalidad – pensó en voz alta mientras avanzaban para encontrarse con Carlisle y Esme, que ya estaban allí – Puede que de ese modo nos caiga mejor – sonrió - ¿No es eso lo que queremos?

- A mi Bella me cae bien – Alice se puso a su lado más sonriente que nunca. Adoraba jugar al baseball y estaba deseando que el partido empezase ya.

- Pero es que a ti te cae bien todo el mundo, duendecillo – replicó la pelirroja mientras la vampiro la abrazaba por la cintura con cariño – Tengo la certeza de que no hay nadie en este mundo al que odies.

- Odiar es un sentimiento muy fuerte – reflexionó la más bajita de las Cullen clavando su mirada en su amiga - ¿Tú odias a alguien?

- Me odié a mi misma durante mucho tiempo.

Antes de que alguno de los presentes pudiera comentar algo al respecto, el sonido del motor de un coche les hizo saber que Edward e Isabella estaba a punto de llegar.

- Ahí viene la humana – bufó Rosalie con desagrado. Emmet rodeó su cintura con ambos brazos en un intento por calmarla, algo que surtió efecto.

Cassie sintió la presencia de Jasper a sus espaldas y se dejó abrazar por él cuando la chica Swan y el cobrizo bajaron del coche. La pelirroja no tardó en sentir oleadas de calma inundar su cuerpo. Estuvo tentada de girarse para advertirle a Jasper que no necesitaba ningún control por su parte, pero se abstuvo. Los recién llegados caminaron hasta su altura, y la castaña fue recibida por una aún más sonriente Alice.

- ¡Qué bien que hayas venido, Bella! – exclamó Esme mientras se acercaba a la chica para enlazar su brazo con el de ella y caminar hacia unas rocas que se encontraban en la linde del bosque, justo frente al improvisado campo que la familia había montado – Necesito que mantengas los ojos bien abiertos.