C A S I O P E A [Jasper Hale]

21 ▪︎ C A M B I O S

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Mientras que Cassie se pasaba las mañanas en el instituto, ocupaba las tardes en compañía de Paul o de Jacob, con quien había avanzado mucho en el arreglo de las motos. 

Isabella parecía la más interesada de los tres por tener las motos totalmente disponibles. 

- ¿Pero tú sabes usar una de esas? - le preguntó la pelirroja un día en el que Bella no había parado de insistir en que quería conducir una por si sola.

- No, pero Jacob me enseñará. 

- No es tan fácil, Isabella. Esa moto que tienes frente a ti pesa cinco veces más que tú. Como te caigas puedes tener un accidente muy grave. Es un peligro. 

Al oír esa última palabra los ojos de Isabella brillaron con ilusión, y Casiopea empezó a pensar que había perdido la cabeza. 

- Jacob me enseñará a conducirla. Pronto sabré hacerlo, ¿verdad?

La mirada de ambas chicas se dirigió hacia el susodicho, que no supo bien que responder. Estaba de acuerdo con Cassie, no creía que Bella fuera a ser una gran conductora. Era demasiado torpe. 

- Bueno, haz lo que quieras - terminó respondiendo la pelirroja - Si quieres tener un accidente que te deje más tonta de lo que ya eres, adelante - la chica Swan puso los ojos en blanco, ya acostumbrada a las malas palabras de la pelirroja - Ese no será mi problema.

- ¿A dónde vas? - le preguntó jacob cuando vio que se empezaba a alejar.

- Le dije a Paul que me reuniría con él a media tarde. No esperes por mi para volver a la ciudad, Isabella - se giró a medio camino para dirigirse a la chica - Ya buscaré el modo de volver a casa.

Disfrutaba de la compañía del metamorfo más de lo que le gustaría admitir. Paul le hacía reír, y la mantenía tan ocupada que apenas tenía tiempo para perder en los recuerdos.

- ¿Cómo está mi bruja favorita?

Cassie sintió como unos brazos la envolvían por la espalda antes de girar varias veces sobre si misma.

- Hola Paul - lo saludó con una sonrisa una vez sus pies volvieron a tocar tierra firme - ¿Estás solo? - el chico asintió mientras empezaba a guiarla hacia el interior del bosque. La pelirroja ya estaba acostumbrada a que la llevara por caminos que sólo él parecía conocer - ¿Donde están mis niños?

Casiopea llevaba ya varias semanas refiriéndose a Embry y a Seth como "sus niños", y eso Paul le hacía bastante gracia.

- Tus niños, como tu dices, estan en casa de Emily.

- ¿Y por qué no estás con ellos?

- Porque había quedado contigo - respondió como si aquello fuera más que obvio.