C A S I O P E A [Jasper Hale]

31 ▪︎ N U E V A Y O

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- Creo que será mejor que esperemos abajo - murmuró una avergonzada Alice antes de tirar del brazo de Jasper para que saliera de la habitación.

- ¡No es lo que parece! - exclamó entonces Edward, levantándose de la cama y saliendo tras sus hermanos.

Los únicos que permanecieron en la habitación fueron Tatiana, Emmet y Rosalie. Cassie se encontró entonces con una mirada llena de sorpresa y dos cargadas de decepción. Abrió la boca para decir que aquello no era lo que estaban imaginando, pero Tatiana no le dio tiempo.

- No te molestes en darnos explicaciones. En tal caso se las tendrás que dar a Paul. Es con él con quien estás. No con nosotros.

- No tengo que darle explicaciones a nadie, porque entre Edward y yo no ha pasado nada.

- ¿Entonces por qué te estabas abrazando a él medio desnuda?

- Como he dicho, Tatiana, no tengo que darle explicaciones a nadie.

- Te juro que no te entiendo, Cassie.

Antes de que la pelirroja pudiera replicar una vez más, su amiga ya había desaparecido. Volvió a dejarse caer contra la cama, soltando un quejido. No iba sentirse mal por algo que no había hecho, pero las miradas que había visto en los ojos de sus amigos no le había hecho sentir muy bien precisamente.

- Cassie...

- No me he acostado con Edward, Rosalie. Y si lo hubiera hecho no tendría ningún problema en reconocerlo. Pero no es el caso, ¿de acuerdo? - salió de la cama y caminó hacia el armario en busca de algo de ropa con la que cubrir su desnudez.

- De acuerdo - murmuró la rubia, tirando del brazo de Emmet para darle privacidad a su amiga.

Una vez a solas, Cassie apoyó la cabeza contra la pared, con frustración. ¿Por qué los vampiros tenían que ser tan silenciosos y metiches? ¿Tanto les costaba esperar tranquilamente en el salón? Pero no, obvio que no. Tatiana tenía que llevarlos justo hasta su habitación.

Bajó diez minutos más tarde con el cuerpo ya cubierto con unos tejanos y un jersey negro que le quedaba ligeramente holgado. Se encontró frente a ella con una imagen digna de retrato. Edward se encontraba de pie en la entrada del salón, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos. Rosalie, Emmet, Alice y Tatiana estaban sentados en el sofá, con las piernas muy juntas y la mirada clavada en el cobrizo. Y Jasper estaba de pie, de espaldas a todos, mirando por la ventana.

- Os ofrecería algo para desayunar, pero dado que es inútil... ¿A qué habéis venido?

- Geralt me llamó a primera hora - rompió Tatiana el silencio - Me dijo que viniera para casa con los Cullen, que quería hablar con los vampiros sobre nuestro encuentro con los metamorfos esta noche. No te avise porque pensé que no estarías... Ocupada - ante esa última palabra lanzó una fugaz mirada a Edward.