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¡Hola! No me maten. Si es todavía hay alguien interesado en leer... Aparecí. No los culpo si ya no les interesa o si ya ni se acuerdan de esta historia, pero pasé un gran bloqueo. Lo siento, enserio. Espero ser más constante y les prometo que tarde o temprano termino la historia. Pero bueno aquí tienen el capitulo.

Ordeno un poco mi semana y subrayo los pendientes más importantes

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Ordeno un poco mi semana y subrayo los pendientes más importantes. Ya estoy terminando el semestre por lo que estoy mucho más ocupada de lo normal. La universidad me esta matando, pero me consuelo con saber que esto es lo que quiero para mi futuro.

Mientras tanto escucho a mi madre contándome que luego de años el señor Patrick por fin salió de sus quimioterapias. Admiro mucho a mamá, yo no creo que soportaría la mitad de cosas que ella vive al día, definitivamente es alguien fuerte.

—¿Y qué hay de nuevo en tu semana? —pregunta cuando ve que cierro mi agenda.

—Nada, lo de siempre —contesto sacando el diario que Dereck me regalo. Lo he convertido en un tipo álbum donde pongo mis fotos favoritas y decoro un poco. Este por el momento es de este tiempo que estaré en Nueva York. Pero pienso hacer mucho más sobre los diferentes lugares a los que viajare. Es hora de descansar un poco de todo el estrés de las cosas que tengo que hacer.

—¿Qué haces? —cuestiona curiosa.

—Esto —contesto levantando el diario para que vea las fotos del recital de Tati.

—Están muy lindas.

—Gracias, es algo que he estado haciendo desde que estoy aquí —explico y empiezo a mostrarle algunas de las fotografías procurando no mostrar unas más personales, como las del castaño. Eso sería muy incómodo y un tanto difícil de explicar.

—Oye ¿ese no es como el diario que tenías de niña? —pregunta con el ceño fruncido a lo cual asiento—. El que se te arruino —concluye.

—El que me arruinaron —corrijo.

—Ah sí, ¿Quién? —cuestiona confundida.

—Dereck —contesto poniendo los ojos en blanco.

—¿Dereck Evans?

—El mismo —afirmo—. En realidad, él me lo regalo. Dijo que me la debía —comento sin atreverme a mirar su reacción.

—¿En serio? —pregunta. Como que estamos muy preguntonas ahora ¿no?

—Sí, para mi cumpleaños. En la fiesta que papá me hizo, él me lo regalo —explico.

—Pues qué lindo de su parte. Dereck siempre ha sido tan amable —expresa a lo cual hago una mueca. Hace unos meses ese comentario me hubiera irritado, pero ahora lo único que puedo hacer es concordar. Lo cual en parte me irrita más.

—Aja —contesto tomando mi estilógrafo negro. Un poco de caligrafía aquí se verá bien.

—¿Alguna vez te conté el porqué de tu nombre?

La pieza perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora