CAPITULO 6: "Cenando con el estirado"

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En el octavo piso, es donde Victoria, pensaba pasar el resto de su mañana, sin ninguna intención de colaborar, por supuesto. Se limitó a seguir a Todd, después de bajar del ascensor. Cruzando la elegante recepción que solo contaba con un recibidor ovalado, un portátil y un teléfono. En frente una muy llamativa sala de espera, con varios sofás y una pantalla gigante. La rubia tras la pantalla se alisó la melena al cruzar miradas con Todd, cuadró los hombros y aguardó a que le hablara con una media sonrisa coqueta.

   Dirigiéndose a la recepcionista, Todd, pasó por alto su coquetería y le anunció que ya estaban listos para la cita a nombre de Victoria. Al ver que no le dirigía una sola mirada, suspiró e inmediatamente los guió hasta la consulta, donde aguardaban 3 desconocidos.

  Quedándose atrás, Todd, le recordó que estaría en la sala de espera en caso que necesitara algo.
   Tragando saliva con fuerza, Victoria, se plantó frente a los desconocidos y los observó con cautela. Eran los secuaces del señor Rothschild.

   Tal y como lo leyó en el contrato y luego de escuchar sus presentaciones, allí, frente a ella, se encontraba el preparador físico (demasiado obvio) vestido con ropa de deporte demasiado ajustada para su gusto. Una doctora, con la clásica bata blanca. Y la psicóloga, quien pese a su expresión amistosa y sonriente, no consiguió una sola palabra de Victoria.

  El primero en iniciar, fue el preparador físico, Visto que se negaba a hablar con ellos, la llevó a una pequeña consulta con sus herramientas esenciales. Tomó su peso, estatura, medidas, su índice de masa corporal y le hizo varias preguntas. En menos de 40 minutos ya habían acabado.

  Regresando por el pasillo acompañada por el desconocido que se identificó como Peter. Volvió a estar bajo la expectante mirada de ambas mujeres. Ángela y Ana Bennett, su doctora y psicóloga.

  Viendo lo incómoda y nerviosa que intentaba no lucir Victoria, ambas hermanas se dedicaron una significativa mirada. Entonces, Ángela, tomó la palabra.

-Señorita LeeSmith, voy a pedirle que venga conmigo a mi consulta. Desde hoy seré la encargada de mantenerla sana.

   Frunciendo el ceño, Victoria, simplemente la siguió, fuera de la que aparentemente era la consulta de Ana, la psicóloga.

-Bueno, Victoria ¿te molesta que te llame por tu nombre?
    Comenzó a decir Ángela, cuando entraron en su consulta.
-Es mi nombre ¿no?
-Bien... -suspiró resignada a que ella no se lo pondría fácil-. Voy a necesitar que te quites la chaqueta y los zapatos y me esperes sentada en la camilla.
    Señaló la elegante camilla situada contra una pared detrás de su escritorio y separada por una mampara.

   Siguiendo con su actitud "silenciosa" Victoria, fue hasta la dichosa camilla y siguiendo con lo que le pidió, se quitó el calzado y la chaqueta.

  Pocos minutos después, Ángela, se reunió con ella, llevando un estetoscopio colgando del cuello y un par de recipientes de acero quirúrgico en las manos.

-Voy a examinarte y a tomar muestras de sangre y de orina, además de hacerte algunas preguntas ¿estás de acuerdo?
-Supongo que si no lo estoy no saldré pronto de aquí...
-Tranquila que no te estoy obligando a nada.
    La tranquilizó Ángela, dejando a un lado los recipientes, a la espera de su autorización.
-Solo acabemos con esto.

   Durante la siguiente media hora, dejó que la extraña la examinara, que le tomara demasiadas muestras de sangre y que obtuviera su muestra de orina.

-Antes que regresemos con Ana te haré un par de preguntas ¿de acuerdo?
-Bien.

   Ambas tomaron asiento frente al escritorio, entonces Ángela, comenzó a teclear en su computador, mientras iniciaba las preguntas y tomaba apuntes.

El Contrato ©️(SIN EDITAR)⚠️Where stories live. Discover now