Secuestrador. (1/3)

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Desde que tenía trece años quería perder mi virginidad, miraba videos porno también leía relatos eróticos pero no sabia con que perderla. Nunca me parece importante ni valiosa la virginidad recuerdo que varias veces me masturbe pero no quería objetos pequeños queria algo grande que me hiciera perder el control, años más tarde tenía dieciséis y aun era Virgen era muy tímida como para decirle alguien que me ayudase con ese problema. Ahora tengo veinticinco años y sigo siendo Virgen, todas las noches antes de dormir me doy una ducha y masturbandome con mis dedos o con agua a presión.

Ya no vivo con mis padres por lo cual tengo total libertad de tocarme y gemir como perra en celo. No soy de una familia extremadamente millonario pero su puedo darme todos mis gustos en lo que quiera. Me gusta mi cuerpo tetas promedio igual que mi trasero mi cintura es pequeña y no soy tan baja.

Trabajo en la empresa de mi padre con mi hermano, y justo ahora mi turno acabo ya es hora de volver a casa.

—Ya me voy Feo—aviso entrando en su Oficina para dejar un beso en su mejilla.

Siempre nos tratamos asi, nunca nos demostramos nuestro amor pero nos queremos mucho.

—Temprano mañana o te cuelgo del pelo—asiento saliendo de su Oficina, entró en el ascensor junto a mi entra otro hombre que no conozco.

Estoba caliente hoy, sin querer mientras trabajaba entró un anuncio de una página porno no pude evitar y ver algunos exitandome de sobremanera y haciendo que decida comprarme un vibrador.

Salgo del edificio despidiendome de la Secretaría en la primera planta, hoy fue un día lluvioso aun estaba lloviendo aunque era leve, decidí caminar mi casa no quedaba tan lejos y siempre me ha gustado caminar en la lluvia. Aparte asi podría bajar mi temperatura.

Tenía puesto un vestido Blanco con mangas largas se transparentaba un poco pero no se notaba ya que era de noche. Pasa un tiempo y empiezo a notar que alguien me sigue siempre fui de las personas que a duras penas notan si llevan la camisa al revés. Giro a la izquierda y los pasos aun están detrás de mi.

Me empiezo a preocupar al punto que empiezo a correr sin lograr mucho ya que la persona que me sigue me toma de la cintura y pone una mano en mi boca.

—Silencio.—Dice y no reconozco su voz solo le hago caso y me dedicó a observar mi alrededor.

No se ni donde me metí todo está oscuro y no pasa ni un alma por la calle.

Está igual de mojado. Me arrastra hasta una construcción abandonada donde me sienta en una silla y amarra las manos.

—Y ahora se supone que debo rogarte que me dejes ir? —pregunte.

La poca luz que entra me deja observar la figura de un hombre pero no le veo el rostro y como buena pervertida me dijo en el bulto entre sus piernas.

Uno de mis fetiches es hacerlo con un criminal y que este me haga daño mientras me folla duro. Mi mente siempre fallando me imaginé uma escena caliente.

»Su manos en mi sexo entrando y saliendo rápidamente mientras mis pechos son devorados por aquel extraño mientras gemidos escapan de mi boca junto con el movimiento de mis caderas en busca de más contacto.

Saca sus dedos cuando estoy a punto de tener un orgasmo no puedo ver nada pero escucho el sonido de un cierre para luego un silencio. Me sobresalto cuando siento algo contra mi clítoris lo que creo es la cabeza de su miembro, se siente bastante gruesa.

Preparate le escucho susurrar mientras abro más mis piernas esperandolo pero la invasión nunca llegar si no que lo que siento es un pellizco en mi clítoris. Me trae devuelta en la realidad.

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