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— cierra el osico y baja del auto—habló Matías casi perdiendo la cabeza de tantas palabras juntas que mauro lanzaba por la boca rápidamente.

Después de que Matías mal pensó las inocentes palabras de mauro, este último no dejó de hablar hasta que llegaron al lugar.

—¿Dónde estamos?—Interrogó el menor mirando a todos lados.

—Distrito del estado.. — dijo Matías seriamente, quitándose el cinturón de seguridad para bajar del auto.

Mauro le miro, mientras copiaba la acción del mayor.

Mauro en su interior estaba muriendo de felicidad, le ponía feliz que Matías se casara con él, pero era por el hecho de que podría adoptar.

No porque lo amara, bueno si lo amaba, pero lo amaba de diferente manera, osea no esa diferente manera, si no la otra, la amistosa, lo amaba amistosamente, de esa manera, no de la otra manera, solo amistosamente, solamente esa.

Estaba siendo lo más fuerte posible para no expresar su felicidad no quería verse "gay" pero su sonrisa lo delataba.

Después de que ambos bajaron del auto solo caminaron a ese lugar, Matías con una seriedad y mauro tratando de ocultar la sonrisa que ya matias había notado.

—No parezcas tan alegre..— dijo matias mirando al menor, Matías vio como la cara de felicidad de mauro cambio a una completamente neutra, el pelinegro solo sonrió de lado, para seguir su camino con mauro detrás y entrar al lugar.

El lugar tenía una pinta bastante moderna, las paredes eran grises y blancas también había un poco de marrón, ambos se acercaron a la señora en el escritorio frente a ellos, esta tenia la típica vestimenta de secretarías, ropa elegante y lentes, ella miraba su computadora con bastante concentración, Matías aclaró su garganta tratando de llamar su atención, cuando lo logró esta los miro y alzo una ceja.

Matías se sentía nervioso con solo mirar a la señora.

—¿vienen a pagar alguna multa? —Preguntó la señora, ambos chicos se miraron y luego negaron

"ojala fuera eso" pensó matias, pero luego se golpeó mentalmente, ¿que tan malo sería casarse con mauro?

—hemos vendido a.. —mauro habló haciendo que la señora y Matías le miraran, pero hizo una pausa.

Matías solo le miró curioso ¿Acaso mauro había dudado?

—a casarnos..—Dijo por fin, la señora les miro a los dos y sonrió.

—pero no parecen mayores —

Mencionó la señora mirándolos bien, tal como si tratara de descifrar su edad con sólo mirarles.
—Tienen cara de adolescentes— dijo bajando sus lentes y mirándolos de nuevo

Matías miro a otro lado incómodo y mauro solo le sonrió

—Somos mayores tengo 23 él 24 —dijo mauro la señora asintió y comenzó a teclear algo en su computador.

-¿Sus nombres? -Preguntó sin despegar la mirada de la pantalla

—Mauro monzón y Matías spallatti —habló esta vez Matías dándole sus nombres rápidamente, la señora pidió sus identificaciónes para confirmar sus edades, estos las mostraron.

Matías suspiro, el solo quería irse se sentía bastante incómodo con la situación.

La señora tecleo rápidamente y sonrió después se escuchó el sonido de la copiadora la cuál había comenzado a trabajar creando un incómodo silencio entre ellos.

Mati, ayudame a adoptar - litcko Where stories live. Discover now