𝑷𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒐

84 2 0
                                    

   Estaba confundida y ansiosa al mismo tiempo, no podía creerse que hubiera sido invitada a una fiesta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

   Estaba confundida y ansiosa al mismo tiempo, no podía creerse que hubiera sido invitada a una fiesta. Era su primera vez, pues al ser una persona solitaria y poco habladora, la gente no solía invitarla a esas cosas. Aun así, no desaprovechó la oportunidad de encajar mejor en el instituto; quién sabe, a lo mejor hasta hacía amigos.

   Inspirando profundamente, tocó a la puerta, siendo recibida por Toga Himiko, la chica más popular de la escuela. La rubia sonrió a la castaña, invitándola a pasar dentro.

   — Llegas puntual.

   — Si... Suelo hacerlo...  — le sonrió mientras la seguía hasta el salón.

   Miró a su alrededor, confundida. Estaba bastante tranquilo para ser una fiesta. A lo es mejor es que ella tenía una idea equivocada y se creía que debían ser escandalosas y llenas de gente por todas partes. Podía ser eso, así que simplemente no le dio importancia.

   En el salón ya había más gente. Estaban las amigas de Toga y unos cinco chicos, a los cuales no conocía. Estos la miraron de arriba a abajo, provocándole un escalofrío en la piel debido a la incomodidad que sentía al ser inspeccionada por desconocidos.

   — Chicos, ella es Naomi, la chica de la que os hablé.

   Las chicas le saludaron con una sonrisa algo extraña, mientras que los chicos le miraban con una sonrisa de lado. Sentía que algo no iba muy bien.

   — ¿No vendrá más gente? — preguntó confundida e intentando ignorar las miradas hacia ella.

   — Vendrán después. Siéntate de mientras — le sonrió y le señaló el sofá en el que había dos chicos.

   — Estoy bien de pie...

   — Venga, no seas tímida — la empujó y la obligó a sentarse entre ellos dos.

   Naomi miró hacia el suelo, sintiéndose incómoda al sentir la mirada de los que tenía a su lado. No entendía qué era lo que estaba pasando, pero se le estaba yendo las ganas de seguir allí. 

   — C-chicos... O-oye...

   — ¿Estás nerviosa, guapa? — le interrumpió el chico a su derecha, dedicándole una sonrisa coqueta.

   — ¿Qué tal si le ayudáis a relajarse? — propuso Toga, mirándolos con una sonrisa divertida en los labios y siendo rodeada por sus amigas, las cuales sonreían de la misma manera.

   — N-no hace falta... — pero no le hicieron caso.

   El chico de la derecha acarició su muslo lentamente, mientras el otro apartaba su cabello castaño del hombro. En ese momento sintió el miedo llenarla por dentro. Hizo un además de apartarles, pero un chico tras ella la detuvo, cogiéndole de las manos y sujetándolas desde arriba de su cabeza.

   — Será mejor que no te muevas — le guiñó un ojo, provocándole un escalofrío de terror. 

   — ¡Soltadme! — gritó mientras se revolvía, intentando deshacerse del agarre y apartando la mano en su muslo y los labios del chico en su cuello. 

   — Oh, deja de moverte — otro chico la sujetó de las piernas.

   Entre los cinco la tumbaron en el sofá y la sujetaron de brazos y piernas, mientras sus rebeldes manos la acariciaban por todas partes. Miró con lágrimas en los ojos a las chicas frente a ella, pero estas no dejaban de sonreír, es más, Toga les daba indicaciones para que jugaran con ella...

   — Quítale el pantalón — los chicos hicieron caso, sin borrar su sonrisa —. Bien, ahora... ¿Qué tal si hacéis lo que os guste con ella? — sonrió de manera diabólica mientras miraba a la chica —. ¿Creías que ibas a poder encajar entre nosotros? — soltó una carcajada bastante sonora y exagerada —. Eso es imposible — hizo un gesto con la mano, indicando que podían continuar.

   Los chicos comenzaron a manosearla de manera más íntima. Le habían tapado la boca con un pañuelo para que dejase de gritar y habían quitado la prenda inferior. Su sujetador estaba desabrochado y por encima de sus pechos, los cuales estaban siendo estimulados de manera dolorosa por dos de ellos. Las mordidas no le provocaban placer, le hacían daño. 

   Pero lo peor no fue eso... Esa noche fue la peor de todas, pues ellos cinco no se conformaron con sus pechos; querían más. Ignorando el hecho de que la chica podría ser virgen, que en su caso así era, omitieron el paso de estimularla y fueron hasta el final. Uno de ellos la penetró con fuerza, provocándole un dolor tan desgarrador que hasta sintió un mareo y nauseas. Este no paraba de moverse, provocando que ese dolor se multiplicara una y otra vez. Su garganta le dolía, gritaba todo lo que podía, pero su voz se ahogaba en el pañuelo; intentaba quitarlos de encima, pero la tenían demasiado bien sujetada... Y para el colmo, ellos no paraban de decirle lo preciosa que era, logrando que poco a poco odiara con toda su alma aquellas palabras. Quería que se callaran...

   Después de ser violada por uno de ellos y siendo llenada por su asqueroso semen, continuaron los otros cinco a violarla sin parar, mientras sus amigas se reían, para después dejarlos a solas.

   — Debes de estar contenta, por fin has perdido la virginidad — sonrió Toga al ver la sangre salir de su intimidad.

   Dicho eso, salió de la habitación. Naomi la miró hasta que se fue, sintiendo la rabia inundando su interior y un deseo de venganza florecer desde lo más profundo de su corazón. Por culpa de ellos tuvo que ir al hospital tras aquello, pues al parecer le habían provocado un desgarre al ser violada tantas veces sin preparación previa. Tuvo suerte de que no fuera muy grave y se curara con el tiempo, además de que tampoco le habían pegado ninguna enfermedad de transmisión sexual ni la habían dejado embarazada. Ya le faltaría eso, que le hubiesen fecundado o le hubiesen transmitido alguna cosa. 

   Esa misma noche habían creado a un monstruo. Le habían jodido la vida, pues tras aquel incidente comenzaron un rumor sobre ella diciendo que era una zorra que se acostaba con muchos chicos; aquello la dejó más sola que antes. Si ya le costaba hacer amigos, teniendo en cuenta que no tenía ni siquiera uno, ahora en esa situación era mucho más difícil hacer.

   Sin embargo, si ellas querían que fuese esa clase de persona, lo sería. Su ropa cambió a uno más sexy, dando comienzo con su venganza. Sus víctimas fueron nada más ni nada menos que los novios de aquellas chicas. Si ellas querían que fuese una zorra, entonces ella se convertiría en una, pero solo con sus parejas. Todos y cada uno de ellos acabaron entre las piernas de la castaña sin ninguna dificultad. Simplemente con un poco de coqueteo y buenos movimientos en el sexo, conseguía llevárselos a la cama. 

   Esa experiencia la acabó consumiendo por dentro, quitando todo brillo y emoción en sus ojos. Nunca disfrutaba del sexo, pero le bastaba con destrozar la vida de esas chicas. Solo comenzó a sentir placer con una persona: Bakugou Katsuki, el novio de Toga. Sin embargo, a pesar de enamorarse de él, sin llegar a olvidarse de su venganza, no pudo recuperar su vida normal ni las ganas de vivir. Sus ojos siguieron apagados, hasta que todo cambio un día...

𝑹𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏 𝑭𝒂𝒍𝒔𝒂 (𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊 𝒙  𝑶𝑪)Where stories live. Discover now