🔺Ella se convirtió en lo que ellos crearon. Su sed de venganza la llevó por un camino oscuro y solitario, pero eso cambio al conocerlo... Gracias a él su vida comenzó a cambiar y llenarse de color. Comenzó a comprender que no todos eran iguales a l...
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— Será mejor que la sueltes si no quieres que avise a algún profesor — advirtió con un semblante serio.
Himiko gimoteó con molestia, soltando la camisa de la chica con desgana y sin dejar de mirarle a los ojos de manera amenazante. Shouto aprovechó para poner a la chica tras su cuerpo y protegerla de las demás. Sabía que los actos que la llevaron a tener esa discusión, o mejor dicho pelea, no eran puros ni justificables, pero tampoco se iba a quedar quieto, viendo como ellas trataban de darle una paliza, después de todo, ella no era la única culpable en esa historia.
El grupo de chicas miraron al chico con confusión, observando de reojo el rostro de la castaña, la cual se encontraba igual de confusa que ellas.
— ¿Por qué la defiendes? — preguntó la rubia, dirigiendo su mirada ahora hacia él, pero relajando su brillo amenazante.
— Odio la violencia, no sirve de nada arreglar vuestras diferencias mediante golpes — contestó con los brazos cruzados y manteniendo su semblante serio y sereno.
Chasqueó la lengua como respuesta y miró con odio y rencor a la chica tras el cuerpo del de cabello de dos colores. Le provocaba impotencia que alguien tan insignificante como ella pudiese cautivar a su novio y arruinarle su vida amorosa.
— Te has salvado de esta — amenazó, mostrando un semblante duro y serio.
Naomi no se inmutó ante su amenaza, seguía confundida, pero molesta con aquellas personas que le había arruinado la vida. Toga se dio media vuelta y comenzó a caminar hasta la salida del aula, siendo perseguida por sus amigas.
Ambos se les quedaron mirando, hasta que desaparecieron por completo de su vista. La castaña aprovechó que se quedaron a solas para ponerse frente a él y mirarle con el ceño levemente fruncido debido a la confusión que sentía en ese mismo momento.
— ¿Por qué lo has hecho? — sabía que ya había contestado a esa pregunta antes, pero quería saber una razón más lógica.
— No me gusta la violencia — respondió sin más, manteniendo un rostro serio, mientras sus ojos miraban los de ella.
La chica rodó los ojos.
— ¿En serio solo me has ayudado por una razón tan estúpida? — recriminó con una ceja alzada.
Shouto se encogió de hombros, sin dejar de devolverle la mirada.
— ¿Necesito otra razón?
— Podrías haberte metido en problemas, esa chica es muy malvada — contestó, recordando los acontecimientos en la fiesta, hace varios meses atrás.
— Lo dudo — respondió, para luego cruzarse de brazos —. Además, por muy mal que hayas actuado, tú no eres la única culpable en esto. No tienes por qué ser la única que pague por ello.
