Parte 2

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Se escucha el piar de los pájaros a lo lejos, sientes como entra el sol de entre las delgadas cortinas, abres tus ojos poco a poco hasta que logras enfocar tu vista y ves el techo, te acomodas y te sientas lentamente en la cama.
-Ah, mi cabeza- pones tu mano derecha sobre tu cabeza sobándola lentamente como si te hubieran golpeado con un bate de béisbol.
Quedas viendo hacia la nada tratando de recordar algo que sentías que era importante.

De repente vienen a tu cabeza todos los recuerdos de lo sucedido la noche antes con Bakugo y sientes que tu cara arde de lo roja que te acabas de poner. Pero también recuerdas cómo habías desfallecido después de tanto placer en su habitación, entonces ¿cómo era posible que estuvieras en tú habitación, en tu cama y encima limpia?

Levantas tu sabana para ver tu cuerpo, estabas totalmente limpia, como si no hubiera pasado nada, e incluso tenías tu pijama puesta.
- ¿Bakugo me trajo hasta aquí... y me limpio? - pasa por tu cabeza ese pensamiento fugaz y sacudes tu cabeza para dejar de pensar en esas cosas.
- Imposible, él no haría algo como esto... ¿o sí? - piensas nuevamente pero no dura mucho porque la alarma de tu celular te saca de ese trance recordándote que tienes que ir a clases.
-Ah, verdad, que voy tarde a clas... - decías mientras te levantabas de la cama, pero tus piernas flaquean y caes al suelo.

-Auuch!, duele, ay no puede ser tienes que estar bromeando – reclamas apenada intentando ponerte de pie un poco más lento, ya que tus piernas aún se estaban recuperando, entonces te apoyas de tu cama y tus paredes en dirección al baño.

- ¿Eh? – llegando al baño, te ves en el espejo encima del lavabo y te acercas lentamente mientras tus manos recorren tu cuello percatándote de que había unas "marcas" que iban bajando.

- Esp... espera... espera.. esto no puede ser – te pones nerviosa y desabrochas tu pijama apresuradamente para comprobar algo que esperabas que no fuera así.
- Ah... - te quedas muda al ver que todo tu cuerpo, o bueno al menos la mayor parte estaba llena de besos y algunos chupetones lo suficientemente notorios que formaban un camino desde tu cuello, pasando por tu pecho, tu torso, tu estómago y terminaban en tus muslos.

Pasas tus manos por todo el trayecto de recuerdos en tu piel haciendo un pequeño énfasis en tu vientre, sentías algo raro, no te dolía ni nada por el estilo, solo intuías algo raro dentro de tu cuerpo y pensaste que era debido a que Bakugo se había venido mucho dentro de ti, pero no le alarmas ya que por tu quirk es imposible que quedes embarazada o algo por el estilo.

- Ese pequeño hijo de... - aprietas tus dientes, pero no tienes tiempo de maldecirlo ya que realmente se te hacia tarde.
Como puedes, te bañas rápidamente, te cambias, te pones el uniforme y para ocultar algunas "marcas" te pones las calcetas largas (de esas que llegan hasta los muslos por debajo de la falda) y una bufanda, aunque sabes que probablemente te llamen la atención porque todavía no es temporada de llevar ese uniforme.

Sales corriendo de tu habitación y te topas con alguien golpeando sus hombros.
-Ah, lo siento yo no me fije por donde iba voy tard... - te detienes a disculparte aún sin saber quién era realmente porque todo paso muy rápido.

-No te preocupes, fue mi culpa por no haberme fijado tampoco, parece que los dos vamos algo tarde jajaja – exclama esta persona.

Hace no mucho que llegaste a la UA por un programa de intercambio desde tu país a Japón y todavía no te habías aprendido todos los nombres de tus compañeros.
-Si, tal parece que así es, amm.. – tratas de recordar su nombre para disculparte formalmente.

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