Dear Shawn.

10.

14 de febrero, 2015.

Querido Shawn:

No la pasaba tan bien desde hace mucho tiempo, ahora mismo no puedo esperar para recostarme y repasar la cita en mi cabeza una y otra vez hasta creer que en realidad pasó o al menos quedarme dormida.

Todo comenzó cuando llegué a tu casa, eran casi las cuatro de la tarde, al final decidí usar una remera con algunas flores con un jean negro y unas vans limpias, ya que me había tomado el trabajo de lavarlas solo por vos, aunque dudo que te hayas dado cuenta.

Me invitaste a pasar y a tomar asiento en el sillón cosa que hice, y me dijiste que elija una de las muchas películas que habías alquilado para ver mientras ibas a buscar provisiones. Elegí una al azar ya que lo único que podría hacer era admirar tu casa y a vos.

Cuando llegaste te sentaste a mi lado, demasiado cerca, colocaste los dos recipientes en nuestras piernas, uno de papas fritas y otro con palomitas de maíz, una rara combinación pero eso era lo que menos me importaba. Antes de ver cualquier cosa hablamos bastante sobre distintos temas, me encanta estar con vos, porque me das la confianza de poder contarte lo que sea, por eso te relaté mi ridículo momento en el shopping. Podía ver la tristeza en tus ojos pero no me enojé como suelo hacerlo cuando la gente me mira triste, porque no vi lastima, sino un sentimiento real. Rodeaste mi hombro mientras susurrabas ''no te preocupes, yo estoy acá, a partir de ahora no dejaré que te vuelva a pasar''. Juro que en ese momento quería llorar de felicidad y besarte, besarte y no dejarte ir de mis brazos nunca, pero eso hubiese sido extraño para vos, así que solamente te dije un gracias. 

Te levantaste a poner el dvd y cuando pusiste play volviste a acomodarte a mi lado en el sillón con la cabeza en mi hombro, eso era raro, ya que creo que debería ser yo la que haga eso, pero me gustaba. La película no era tan terrorífica pero en algunas escenas me asustaba, así que fueron varios momentos en los cuales me asustaba y me abrazabas para darme protección y te abracé también, tenía que aprovechar el momento.

Realmente no sabes lo que provocas en mi Shawn, cada toque, roce, o esas dulces palabras que me dices me cambian el mundo, y realmente me confundís cuando te portas tan cariñoso porque me das falsas esperanzas aunque no sea tu intención.

Luego del film de terror decidiste poner ''Una esposa de mentira'' según vos era para ''poder dormir en la noche sin pensar en las pesadillas''. Eso me causó mucha ternura, en realidad, todo de vos me causa ternura, desde tu pelo despeinado hasta los sweaters que usas que te hacen ver más lindo.

Para la mitad de la película ya estabas dormido y solo pude admirar la paz de tu rostro. Traté de correrme para dejarte dormir cómodamente en el sillón e irme a casa pero en el más mínimo movimiento acomodaste tu cabeza en mi pecho y rodeaste mi cintura con tu brazo, y cuando encontraste mi brazo allí tomaste mi mano y entrelazaste nuestros dedos.

¡Dios! Otra vez ese sentimiento de electricidad por todo mi cuerpo, no sé si estabas despierto cuando lo hiciste o simplemente fue un acto reflejo pero gracias de todas formas. Podía sentir mis ojos cristalizados de la emoción y solo me dediqué a admirar tu rostro, tus pequeños ojos cerrados, tu nariz de la que tanto sueles quejarte y no entiendo por qué ya que le da un toque 'infantil' a tu rostro, luego tu frente con dos pequeños granos en la esquina derecha y uno que otro cabello que se había escapado del agarre de tu gorrito y se posicionaron allí, y, por último tus labios. Tus finos y largos labios rosados un poco entreabiertos, perfectamente besables, esperando a que alguien lo haga, así que me acerqué lentamente tratando de no despertarte y deposité un pequeño y corto beso allí, en la comisura de tus labios. Luego de hacerlo, una pequeña sonrisa casi indetectable apareció en tu rostro y lo único que rondaba en mis pensamientos eran tus palabras: ''No beso en la primera cita, no soy fácil.''

Más tarde simplemente me dormí y solo sé que cuando me desperté estaba tu hermoso rostro frente al mío sonriendo y luego avisándome que ya era tarde y que podía quedarme a dormir si quería; y aunque quería, sabía que mi madre enloquecería así que tuve que rechazar la oferta.

Pero debo confesarte que seguramente sueñe con vos durmiendo en mis brazos.