12: Flores.

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Ya era, finalmente, domingo. En los anteriores días no pasaron cosas para nada interesantes, Jean siendo mi mulo y entrenando todo el día mientras que yo me quedaba en cama obligadamente. Hizo las compras también, recuerdo que llegó con miles de bolsas entre sus manos con ingredientes que nunca me percaté en comprar por el hecho de ser caros. Me había enojado con él por eso pero según Jean era un mínimo de su salario eso. No le quise preguntar cuanto gana. También entrego la carta a Armin, donde especificaba que sabores de helado comprar.

— Armin me tiene que enviar algunos papeles que completar. — me contó mientras que subía la colina con cuidado.

— ¿Como sabes? — pregunté curiosa dando leves y resistentes pasos así no me caía.

— Cuando entregue la carta uno de los capitanes me pregunto que hacía sin ejercer mi labor. Fue algo incomodo, más que nada porque al ser más chico que todos se creen que soy estúpido y pueden sobrepasarme. — exclamó tomando mi mano para que suba con cuidado los últimos tramos.

— ¿Qué le dijiste?

— Que no se entrometa en asuntos ni tropas ajenas. Me comentó que Armin antes de marcharse dijo que tenía que enviar unas tareas para completar y que dio mi nombre para que se me entreguen los elementos. — respondió dejando la canasta en el suelo. Quite un fino mantel estirandolo en el piso.

— Que raro que aún no haya llegado nada. — comenté acomodando mi bufanda. — ¿Como estas, Eren? — sonreí tocando la pequeña lápida.

— Seguro molestando a Sasha en el más allá. — dijo con humor Jean sacando una botella de vino, la descorcho para luego servir en un vaso la sustancia y posicionarlo junto a la tumba del Jaeger. Según él, dice que Eren va a tomar vino a gusto seguramente; aunque yo no creo en esas cosas.

— Así que, tú dices que cuando volvamos el vaso se va a desvaciar ¿No? — formule. Él asintió.

— Mi familia es creyente en las ofrendas y demás, dicen que cuando vas a la tumba de alguien debes de cargarle un vaso con agua porque tienen sed. O alguna bebida que le guste. Me contaron que cuando te distraes el contenido va desapareciendo porque esta tomando. Es raro pero bueno, lo intentamos. No se si es cierto o no. — aseguró.

— Jean dijo que te traigamos vino, yo preferiría traerte agua o jugo. No quiero que estés borracho en el más allá. — hablé sentándome junto la pequeña piedra. — Me gustaría ir a ver a Sasha también.

— Pero por el momento no puedes señorita. — se entrometio él. — Mañana iremos al hospital a que te chequeen.

— Espero que me den menos días de reposo. — sonreí — El otro día un hombre altísimo me acorraló en un callejón sin salida, me golpeó y casi abuso de mi ¿Sabías? — conté mirando la tumba — Jean me salvo, y desde ese día no se separa de mi debido a que tengo que estar en reposo por tener todos los huesos rotos. — exagere.

— La niña no se quiere quedar quieta igual, se me dificulta cuidarla. — habló él con humor para luego llevarse un sándwich de pollo a la boca.

— Mentira, si siempre hago caso yo. — mentí sonriente.

Apoye mi cabeza en el árbol, y Jean saco un libro de la canasta. Armin siempre que viene a visitarme me trae infinidades de libros ya que sabe que amo leer. Ayer finalice el que tanto tiempo me llevó, y él decidió comenzar uno de fantasía.

Después de todo [Jean x Mikasa]Where stories live. Discover now