23: Día especial.

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— Hola. — sonreí bajando las escaleras, Isabella servía el desayuno mientras que Jean leía el periódico.

Era sábado, el plan era dormir allí y el domingo ya llegar a Shingashina. Había pasado unos días muy buenos alrededor de los Kirschtein, me hicieron sentir parte de ellos.

— ¿Dormiste bien? — pregunto la mujer.

— Sí, Isabella, ¿Usted?

— Excelente. — sonrió — Mañana ya se van, que pena.

— Ay, mamá, cambiemos de tema o ya te pondrás a llorar como siempre.

Tape mi boca con la bufanda y reí silenciosamente. Había algo extraño, y lo podía notar, el día de ayer Jean hablaba a escondidas con sus papás nuevamente. La idea de que quizá pasó algo me carcomia, pero no me atrevía a preguntar debido a que sería una completa chusma.

— ¿Daniel no está? — cuestione curiosa.

— Fue a comprar algunas cosas para comer hoy.

— Podemos ayudarlos a cocinar ¿No, Jean? — lo miré, él negó.

— Mamá no quiere ayuda.

— Tú mamá ni siquiera respondió.

Ella río — No necesito ayuda, además creo que tendrán un par de visitas hoy.

— No me digas que.. — habló él, y antes de finalizar esto la puerta se abrió y tres niños comenzaron a correr por toda la casa — Otra vez.

Ayer fue un día libre de niños, estuvimos todo el tiempo con Isabella hablando de cada cosa que se nos ocurría. Pero hoy parecía que íbamos a ser niñeras otra vez.

— Buen día. — sonrió Thomas.

— ¡Félix! ¡Deja ese frasco!

Debido al grito de Emma, su hijo comenzó a llorar parecía que ella lo había asustado. Ella bufo y lo alzó mientras que sobaba su espalda esperando que se calme.

— ¿Por qué trajeron a los niños? — pregunto Jean, claramente molesto.

— Porque querían ver a sus tíos antes de que se vayan. — dijo Emma, con clara maldad.

Sus tíos..

— Nos quedamos a dormir aquí, ¿Era necesario traerlos a las diez de la mañana? — argumentó.

— ¡Estaban tan emocionados que no podían esperar más, hermanito! — exclamo Thomas sonriente.

Sentí como agarraban mis tobillos por debajo de la mesa, al ver quien estaba allí me encontré con una Alicia sonriente.

— ¿Qué haces Ali?

Ella simplemente río y salió a correr para darle una patada a Abel y después dirigirse hacia el patio. Era bastante explosiva.

— ¡Papá! — grito él y segundos después ya estaba llorando tocando la pierna lastimada por su hermana. Él simplemente suspiro, y me levante para tomarlo en mis brazos — Ella me pego. — me dijo en un llanto.

— ¡Alicia ven aquí! — exclamo Thomas con furia, la niña se acercó a la puerta con timidez — ¿Te parece bien pegarle a tu hermano?

— Estaba en mi camino. — se excusó. Él solo suspiro frustrado, otra vez. Parecía que no podía manejar a sus propios hijos.

— Se los dejo, acá tienen sus mochilas. — dijo sin siquiera regañar a la niña — Iré a procrear otros hijos, espero que sean menos molestos.

Él río para luego marcharse. Jean parecía tenso, al igual que los otros dos.

— Creí que había dejado de ser tan estúpido. — murmuró.

Después de todo [Jean x Mikasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora