Prólogo

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Se suponía que el recibimiento del nuevo año traería positividad en la vida de cada ciudadano, puesto que este venía bañado en la esperanza de olvidar los errores y malos momentos del año anterior y comenzar una nueva página en blanco. Aun así, algo no lo permitía en esta oportunidad, el ambiente había cambiado al momento que el reloj de Seúl marcó las 00:30 am siendo ya primero de enero del año dos mil veinte. Las risas, los bailes y las charlas habían sido reemplazados por angustia, confusión y, sobre todo; terror.

Todo comenzó cuando los programas de entretenimiento fueron interrumpidos en los televisores de cada hogar por los noticieros al informar la primera noticia del nuevo año.

Un virus había llegado, uno muy fuerte que provenía de la nueva y famosa importación de carnes que tanto había beneficiado al país. La famosa carne coreana, codiciada e importada a lo largo de todo Asia y parte importante del mundo contenía una nueva receta, la cual estaba provocando que todo aquel que la ingiriera, en un período de treinta minutos comenzara a sufrir dolorosos e incontrolables síntomas, ya que como se informaba en el noticiero; la carne pasó por procesos químicos invasivos que cambiaron no solo su sabor sí no que también cada molécula de esta, creando una reacción extraña en el cuerpo de quiénes la consumían.

Kim Anne jamás olvidaría esa noticia ni los síntomas que presentaba la gente, ella había sido quién estuvo en primera fila observando como con el paso de los minutos sus seres queridos, —quienes por supuesto no habían creído nada de lo que habían escuchado en las noticias— comenzaban a sufrir y cambiar con el paso de los minutos.

La fiebre se presentó primero, luego los dolores estomacales junto con los vómitos. Anne no sabía qué hacer, el noticiero solo llamaba a no consumir la carne y mantenerse en casa sin entrar en pánico, pero ¿Qué se hacía cuando ya se había consumido aquella carne? ¿Cuál era el plan por seguir en ese caso? Nadie lo sabía. El noticiero había acabado con la promesa de que pronto entregaría un reporte completo.

Los televisores de los hogares habían quedado en negro y la angustia en los corazones de todo aquel que consumió la carne.

La joven no sabía qué hacer para disminuir el dolor de sus familiares. Estos al llevar quince minutos de intenso dolor se encontraban agonizando sobre los sillones, uno al lado del otro con los ojos cerrados como si durmieran. La diferencia se encontraba en sus pieles, estas se habían vuelto pálidas con notorias venas y manchas moradas bajos los ojos. También sus respiraciones habían cambiado, iban a ritmos acelerados como si de un maratón hubiesen participado.

Parte de la gran ciudad de Seúl se encontraba en silencio. La celebración había acabado en muchos hogares y en otros continuaba junto con el consumo de la carne al encontrarse desconectados de la televisión y de todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Anne por su parte se encontraba en perfecto estado al llevar una vida vegetariana desde hace ya unos años por lo que se mantenía fuera de riesgo, por el momento al menos.

Veinticinco minutos en total habían pasado, donde ella esperó pacientemente porque alguno de sus familiares despertara. En todo momento se mantuvo de pie observando a sus padres y hermanos minuciosamente, fue así hasta que el sonido de su celular se escuchó en el segundo piso llamando su atención. Como este era insistente abandonó la sala y corrió a su habitación a por él, pero cuando llegó este ya no sonaba, aun así, la confusión inundó su rostro al ver sus notificaciones.

Una llamada pérdida y 35 mensajes de Jungkook.

No tardó ni un segundo más y presionó el número de su mejor amigo sintiendo miedo de que algo le hubiese sucedido, sólo un pitido se escuchó cuando atendieron en la otra línea. Anne no logró formular ni una sola palabra cuando Jungkook comenzó a hablar, lo que le dijo jamás se borraría de su memoria.

—Si estás en tú casa debes salir inmediatamente... Oh por Dios, Anne, él la mató, la mordió, yo... —sollozos ahogados se escuchaban de vez en cuando, ella se encontraba petrificada sin entender a que se refería. —Dime por favor que no estás en tú casa.

—Jeon, n-no entiendo de qué hablas, por supuesto que estoy en mi casa, ¿Estás bien? ¿es una broma o apuesta con Kimmi? ¿qu-

—¡Sal de ahí ya! —la interrumpió alterado.

—Me estás asus-

No logró terminar la oración cuando quejidos comenzaron a escucharse en la planta baja, quejidos más fuertes que los que antes había escuchado en sus familiares, esta vez parecía como si de un animal salvaje se tratase. El pánico la invadió, algo no andaba bien.

30 minutos.

—¿Q-Qué está pasando, Jungkook?

—Sal de ahí, Anne. Voy por ti.

> Holi, estoy subiendo nuevamente el prólogo porque wattpad me odia y lo borró:( No se imaginan la pena que me dio ksjsk:"( <

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> Holi, estoy subiendo nuevamente el prólogo porque wattpad me odia y lo borró:( No se imaginan la pena que me dio ksjsk:"( <

Espero que esta historia sea de su completo agrado. Es mi primera vez escribiendo con Jungkook y con esta temática así que espero poder cumplir expectativas. Gracias por leer.🖤

30 minutes ; Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora