IX

1.6K 139 222
                                    

El silencio reinaba nuestro entorno mientras Baek se encontraba durmiendo en mis brazos. Ya llevábamos cerca de cuarenta minutos siguiendo a Namjoon donde lloramos en silencio, cada uno sintiendo y viviendo sus emociones a su ritmo. Jungkook se encontraba a mi lado con la mirada pegada en la carretera. En un análisis rápido pude notar como tenía ligeras manchas de sangre en su cuello y ropa. Notar aquello me hizo cortar de tajo mi análisis, esa sangre era de Hoseok, la cual debió quedar en el cuándo se abrazaron.

Suspiré negando en un intento mediocre por no pensar en la traumática situación anteriormente vivida.

Hoseok era una persona brillante que poseía una sonrisa que abrazaba con calidez. La verdad era que no se necesitaba conocerlo por años para notar lo importante que era y el gran impacto que generaría en tú vida, una persona tan genuina como él solo llega, te sonríe y te hace saber sin necesidad de decirlo en palabras lo especial que es. Quizás nuestro encuentro no fue el mejor, un apocalipsis definitivamente no es como me hubiese gustado conocerlo, pero sin duda se quedará eternamente grabado en mi memoria. Jung Hoseok, él fue la persona que apareció en mi vida de manera inoportuna en un pequeño puesto de artesanías en el centro de la ciudad de Seúl pidiendo ayuda con un pequeño y dulce niño entre sus brazos. Inimaginable, pero insuperable e inolvidable.

Mi mirada cayó en el pequeño que reposaba dormido entre mis brazos y de manera cuidadosa removí el cabello que adornaba su frente para observarlo mejor. Su herida se encontraba ahí por lo que intenté ser lo más meticulosa posible al momento de acariciar su rostro y frente. Se parecía bastante a Hoseok, tenían la misma nariz y cuando sonreía te transmitía la misma calidez que su hermano. Sin duda ambos eran la clase de personas que al ser tan puras y dulces logran convertirse sin siquiera intentarlo en tú zona de confort. Si tan solo Hoseok hubiese tenido más tiempo de vida, estoy segura de que él se habría convertido en ese amigo que sientes parte de tú familia. Lo pienso sin una pizca de duda porque con lo que logré compartir con él todo se sentía genuinamente cómodo, como si lo conociera de años.

Ese pensamiento ocasionó que mi pecho se apretara y mi nariz picara. Fue cuestión de segundo el sentir como la primera lágrima caía por mi mejilla, por lo que en un movimiento rápido y cuidadoso la atajé antes de que cayera en el rostro de Baek, lugar donde yacían sus propias lágrimas secas.

Prometo cuidarte, Baek, aunque sea lo último que haga cumpliré el anhelo de Hoseok.

—No llores, por favor.

Aquel murmuro proveniente de Jungkook me sacó por completo de mis pensamientos. Giré mi cabeza en su dirección secando mis lágrimas, pude notar como sus mejillas también se encontraban ligeramente mojadas, la luz proveniente del panel del auto me permitía notar aquellos detalles.

—Esto no debía pasar. —murmuró nuevamente soltando un pequeño jadeo mientras negaba.

Mi corazón se estrujó en mi pecho y al parecer la habilidad de poder hablar desapareció de mi sistema ya que, aunque mis labios lograban abrirse nada salía. Como último recurso y aprovechando que la cabeza de Baek se encontraba apoyada en mi brazo derecho llevé el que se encontraba libre hasta el hombro de Jungkook en un intento de consuelo, dándole a entender que no estaba solo. Él por su parte no dijo nada, solo llevó su mano libre a la mía para taparla con la suya brindando un leve apretón.

Nos mantuvimos en silencio, derramando lágrimas mientras nos acompañábamos ante el dolor. No hubo necesidad de decir ninguna palabra, entre el suave tacto de nuestras manos podíamos apoyarnos hasta el punto de recuperar toda la estabilidad perdida. Jungkook siempre había logrado ese efecto en mí, él al igual que Hoseok es una persona que desde que llega a tú vida logra desenredar tú mundo con solo una sonrisa y un "tranquila, aquí estoy." Con él a mi lado nunca sentí miedo, siempre me sentí a salvo entre sus cálidos brazos y pecho. Ese fue mi lugar seguro por años y ahora que el mundo se caía a pedazos frente a nuestros ojos estaba completamente segura de que lo seguía siendo, aunque ahora en un nivel mayor. Jungkook completo era mi lugar, solo necesitaba una mirada, una sonrisa o una caricia como ahora; un inocente agarre de manos y ya todo se sentía mejor, quizás no por completo, pero al menos el sentimiento de hogar y calidez volvía a mí.

30 minutes ; Jeon JungkookWhere stories live. Discover now