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Si Kim Taehyung tuviera que describir lo que sentía en ese preciso momento, simplemente diría que el estrés y el rechazo lo estaban consumiendo por completo mientras seguía al presentador del circo a quien sabe dónde.  

Después de todo el escándalo que se había hecho en el circo al tener un nuevo jefe, Taehyung se la pasó todo el día encerrado en la casa rodante de Jungkook, sin siquiera pensar por un segundo en salir de allí, no estaba de humor, seguía sumamente dolido y enojado, desquitándose con todo aquel que lo moleste en lo más mínimo. Y así siguió hasta que pasaron algunos días, en los que Namjoon había estado intentando hablar con él.

Pasaron tres días, en los que el circo se mantuvo en movimiento, yendo por donde había indicado el presentador y buscando así el circo donde yacían los familiares del jefe, tan solo se detenían un par de horas para descansar y luego seguían su camino, así lo había ordenado Taehyung.

Al cuarto día, cuando el circo se detuvo finalmente al estar en un territorio donde podrían estar las mujeres que abandonó el señor Kim, Namjoon apareció nuevamente en la casa rodante de Jungkook, exigiendo hablar con el rubio ya que era sumamente importante explicarle algunas cosas.

Y Taehyung, ya cansado ante tanta insistencia, finalmente accedió, dejando solo a Jungkook en la casa rodante a pesar de que el mismo se había negado rotundamente a dejarlo solo con Namjoon.

—¿A dónde vamos? —Quiso saber el rubio, detrás del presentador de cabello negro, siguiéndolo y observando a su alrededor con cansancio. No había dormido precisamente bien, no podía ante tantas pesadillas.

—A la carpa del circo, ahí estaremos más tranquilos. —Fue lo único que contestó Namjoon, restándole importancia.

Desconfiado, el rubio se mantuvo alerta, mas no dijo nada. Prefirió quedarse en silencio mientras miraba a su alrededor y trataba de memorizar el camino, de vez en cuando observando a los niños que pasaban jugando por ahí.

Y cuando estuvieron finalmente enfrente de la carpa, Taehyung miró la misma con desprecio ya que los recuerdos de como lo metían a la fuerza al mismo lugar llegaban de golpe, detestaba siquiera mirar la entrada del circo.

Pero al parecer Namjoon ignoró por completo la expresión del chico y siguió caminando, guiando al rubio hacia dentro de la carpa, donde estaba casi todo oscuro, la única luz que había apuntaba directamente al escenario, el cual se encontraba en el centro.

Caminaron hacia allí, y Namjoon fue el primero en subirse al escenario, observando al chico desde lo alto, con los brazos cruzados mientras la luz le apuntaba directamente en el rostro.

—Taehyung —comenzó a decir—, como sabes, en este circo nada es normal. Tenemos reglas, por más extraño que sea, y las mismas reglas deben ser respetadas.

El rubio tan solo asintió, guiando ambas manos hacia los bolsillos de el enorme abrigo negro que tenía puesto, el cual le pertenecía a Jungkook. Su mirada hacia el presentador no mostraba más que aburrimiento y desinterés, Namjoon solo le estaba diciendo cosas que ya sabía.

—Algunas de las reglas son las siguientes, y espero que como nuevo dueño las recuerdes —carraspeó—. Primero que nada, no se pueden asesinar entre trabajadores del circo que dan los espectáculos, si esto ocurre todo se pone fuera de control y los demás empiezan a matarse como si nada importara —soltó—. La otra regla, es que aquí nadie puede renunciar, de lo contrario, los empleados que quisieron renunciar serán asesinados —acomodó las mangas de su traje, tratando de recordar más reglas—. La tercera también es sobre que los empleados no pueden asesinar a nadie que llegue desde fuera del circo sin tener nuestro permiso, es decir, el permiso del jefe o el presentador.

Clown | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora