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Las manos del payaso se paseaban con tranquilidad por sus muslos, mientras la frente del mismo se encontraba apoyada en su hombro.  

Taehyung no sabía realmente que hacer en ese momento, más que ceder ante aquellas caricias. Depositando igualmente leves toques en el cabello ajeno, en un intento por mantenerlo tranquilo y estable, a pesar de que Jungkook se sentía sumamente perdido en sí mismo, con demasiadas emociones llegando de golpe.

Había leído la mayoría de las cartas. Mismas cartas que se encontraban a un lado de él, en la cama.

Luego de tomar todos aquellos sobres, Jungkook se había retirado de inmediato de la casa de Seokjin, sin mirar atrás. Llevándose a Taehyung con él prácticamente arrastrandolo, sin querer dejarlo un solo segundo más cerca de Yoongi y a la vez huyendo del mismo, dirigiéndose a su casa rodante.

Y aprisionando al chico nuevamente entre sus brazos para mantener la calma, fue que Jungkook comenzó a leer en silencio cada carta, hasta cansarse y tomar desprevenido a Taehyung, poniéndolo encima de él una vez que se sentó y se apoyó en el respaldo de la cama.

El menor igualmente había leído un poco de todo aquello, pero no quiso opinar al respecto. Tan solo guardó silencio, observando como el hombre sobre el que estaba sentado iba derrumbandose poco a poco ante tantas emociones atacándolo.

Por primera vez, Jungkook no estaba reaccionando con violencia ante sus sensaciones dolorosas. Y eso incomodaba a Taehyung, ya que no sabía que esperarse.

Estaba demasiado relajado a su parecer.

—Mocoso... —Llamó entonces, dejando leve caricias en el pelaje de Byul, quien estaba a su lado izquierdo, comiendo un trozo de lechuga.

—¿Si? —Fijando su mirada en el rostro del pelinegro cuando el mismo se apartó de su hombro, Taehyung apretó apenas sus labios, expectante.

—Me debes un favor. —Declaró entonces, de la nada. Logrando así que el chico terminara con el ceño fruncido, mirándolo con notable confusión.

—¿Qué?

—Me debes demasiado, niño estúpido. —Soltó con demasiada calma, mirando un punto fijo en la habitación, tan solo ganándose otra mirada de Taehyung, quien aún no comprendía el por qué le debería algo a él.

Sin querer discutir, el rubio se quedó en silencio, mirando como Jungkook tomaba entre sus manos el último sobre que quedaba, el último que había sido enviado. Y a su vez, observaba vacilando al mismo, sin saber si abrirlo o no.

Y al sacar la carta, sostuvo la misma dejándola a su costado, permitiendo así que Taehyung leyera con él.

El menor abrazó al payaso cuando lo sintió temblar debajo suyo, apoyando su mejilla en su pecho mientras comenzaba a leer en silencio, prestándole atención a cada palabra plasmada en aquel viejo papel.

"Hola, Jk. ¿Cómo has estado?

Han pasado ya cinco años, y sigo preguntándome que estarás haciendo ahora. ¿Estarás cumpliendo tu sueño de ser el mejor trabajador, como siempre quisiste?

Estoy seguro de que lo lograste. Eras el favorito de todos cuando me fuí, incluso de papá. Que dichoso te sentirás por eso, ¿verdad?

Quisiera saber como está el niño o niña que iba a tener Irene. Ni siquiera llegué a conocerlo, pero de seguro estarás cuidandolo si es que papá ya dejó de lado su enfermiza obsesión por Irene. Espero que te haya dejado verlo, o que por lo menos se encuentre en buen estado, con todo lo necesario para sobrevivir.

Clown | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora