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Inconscientemente, su cuerpo empezó a temblar, siendo preso del miedo, Taehyung no sabía que decir, ni siquiera sabía como reaccionar, quería llorar, pero solo se mantuvo ahí, quieto, mientras era observado por el hombre.

—No hablas mucho, por lo que veo —Jungkook acarició suavemente a el conejito, el cual tenía sus ojitos cerrados, disfrutando de las caricias de su dueño—. ¿Puedo saber quién carajos te trajo?   

El tipo parecía muy calmado, su tono de voz era tranquilo y suave, y eso solo lograba incomodar más a Taehyung, el cual no estaba seguro de si responder o no.

—S-se llama... ¿Kitty?—Respondió finalmente, con cierto miedo en su tono de voz.

—Jimin desgraciado. —Susurró Jungkook por lo bajo, aunque el castaño llegó a escucharlo. Frunció el ceño y miró nuevamente al adolescente que tenía enfrente.

—No me hagas nada. —Pidió Taehyung, recordando la horrible experiencia que tuvo con el tal Jimin hace unos minutos.

Jungkook rió, y a paso lento, se acercó hasta el castaño, analizandolo con la mirada. Sonrió un poco y bajó su vista hasta su mascota, aumentando más su sonrisa al ver el pelaje del conejo totalmente manchado de sangre, el animalito ni se inmutó ante eso, estando acostumbrado a aquella sensación al momento de las caricias del hombre.

—Niño, yo hago lo que se me dé la gana, hasta podría hacer un espectáculo para mí mismo con tu cuerpo en este preciso momento —Jungkook sonrió al ver el rostro de Taehyung asustado, y siguió hablando—. Pero, estoy cansado, sucio, y con pocas ganas de soportar tus gritos. Así que tal vez lo haga luego.

Sin más que decir, Jungkook acomodó su cabello negro hacia atrás, el mismo estaba algo largo y no le permitía ver correctamente al tenerlo en la cara. Dejó a su conejo en el piso y luego se fue a lo que parecía ser una habitación.

Taehyung empezó a removerse, luchando nuevamente por liberarse. El conejito dió un brinco hasta un pequeño sofá y se quedó mirando al humano.

—Señor conejo, no se quede mirando, ayude. —Dijo el castaño, sabiendo que eso era una idiotez, pero le daba igual.

Sus muñecas empezaron a arder y hizo una mueca de dolor ante eso. Quería liberarse e irse sin que nadie lo viera, estar en un lugar con ese tipo a solas era horrible, no sabía que intenciones tenía Jungkook, pero tampoco quería saberlo, tal vez era igual a Jimin.

El pelinegro, por otro lado, salió de la habitación con ropa en sus manos, y un pequeño peine, estaba dispuesto a caminar hasta el baño, hasta que vió como el castaño intentaba de forma inútil deshacer el nudo de sus sogas, sonrió.

—Yo que tú, dejo de hacer eso si no quiero tener marcas de por vida, o un jodido dolor que durará días, es solo un consejo. —Habló Jungkook, pasando por encima de Taehyung, el cual seguía en el piso.

—Déjame ir, por favor. —Pidió Taehyung, viendo suplicante al hombre que tenía enfrente.

El chico giró sobre sus talones, y lo miró fijo por unos segundos, le parecía raro, siempre que veía la oportunidad de matar a alguien, lo hacía, pero ahora mismo, teniendo a el castaño a su merced, amarrado y suplicando por su libertad, no hacía nada. La escena que tenía ante sus ojos le parecía graciosa e incluso, algo tierna. La mirada de terror que tenía Taehyung, ante sus ojos, se veía como la mirada tierna de cualquier niño inocente, simplemente, hermoso.

—Dejarte ir no es mi decisión, y dudo que sea la decisión de Namjoon —Jungkook se arrodilló, quedando más cerca del rostro de Taehyung—. Te diré algo. Ahora mismo, no me dan las putas ganas de hacerte daño, y creo que eso seguirá, mientras no me grites, no insultes, y en especial, no toques a mi puto conejo. Solo son tres reglas, que tu mente de chiquillo se lo grabe bien. ¿Entendido?

Taehyung parpadeó varias veces, confundido ante la actitud de el pelinegro, cuando le arrancó el corazón a Bogum, Jungkook estaba sonriendo en grande, orgulloso de lo que había hecho, pero ahora, parecía un tipo normal y tranquilo, pero el castaño sabía que las apariencias engañan. Asintió ante la pregunta que le había hecho el chico, con algo de duda.

Jungkook se paró, tomó a su conejo, y caminó hasta el baño, preocupándose poco por el menor. Sabía perfectamente que el nudo de las cuerdas era casi imposible de desatar, Hoseok, uno de sus pocos amigos, las había hecho, y cuando Hoseok ataba a alguien, solo él podría desatarlo.

El castaño se quedó en el suelo, su mente haciendo miles de preguntas, cosas como "¿Ese tipo será bipolar?", "¿Por qué actúa tan tranquilo después de arrancarle el corazón a una persona qué seguía con vida?", "¡¿A qué venía eso de las reglas?!" Estaba confundido, pero a la vez, un poco tranquilo, porque sabía que si seguía las reglas del hombre, estaría bien, por el momento.

—Ah, y otra cosa. ¡No quiero lloriqueos ni nada de esas mierdas, puedes ahogarte con tus putas lágrimas, pero antes te cortaré la garganta! —Gritó Jungkook desde el baño, y Taehyung abrió los ojos con miedo.

No estaba seguro, no del todo. Pero nadie podría estar a salvo en manos de Jungkook, absolutamente nadie.

Clown | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora