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Su cabeza dolía, era el mayor dolor que había experimentado en sus cortos 17 años de vida, su espalda y su cuello también le dolían. Como si hubiera estado en una pose incómoda por demasiado tiempo.

—¿Qué haremos con él? No podemos hacer un espectáculo extra, no tenemos tiempo, y los demás se pondrán molestos por posponer su sacrificio. —Taehyung escuchó susurros cerca suyo, y quiso abrir los ojos, pero rápidamente se dió cuenta de que estaba con los ojos vendados.   

Sus manos estaban amarradas, al igual que sus pies, y tenía cinta en la boca, quiso gritar, solo logrando hacer ruidos extraños. Empezó a removerse como gusano, intentando liberarse.

Los hombres que lo rodeaban voltearon a verlo, entre ellos, estaba el presentador del circo, el cual solo miraba pensativo al adolescente, no tenía idea de que hacer con el chiquillo, pero debía pensarlo rápido.

—Oww, ternurita, cree que puede escapar. —Un jóven peligris sonrió, viendo enternecido como Taehyung intentaba liberarse.

—¿Podemos sacarle la venda, Nam? —El castaño escuchó otra voz, la cuál dijo aquella pregunta con mucha emoción.

—Haz lo que quieras, pero apúrate. El acto de Jungkook está por terminar, y luego sigues tú. —Sin nada más que decir, Namjoon se retiró de ahí junto con el peligris.

El rubio asintió repetidas veces, y dió brinquitos hasta llegar a Taehyung, el cual estaba tirado en el piso, sonrió al ver como el chico intentaba librarse de las sogas que tenía en sus manos.

—Hola bomboncito, que lindura eres. ¿Alguna vez te lo dijeron? —Kitty rió, antes de quitarle la venda de los ojos a Taehyung.

Es castaño tuvo que parpadear varias veces para acostumbrarse a la luz, y cuando eso pasó, se sentó de golpe al ver al rubio enfrente suyo, mareandose un poco en el proceso, pero terminó en el rincón de la pared.

Observó el lugar en donde se encontraba, y no supo bien que era, estaba en lo que parecía ser una pequeña cocina, pero era imposible que haya alguna casa enfrente del circo, el cual se veía, ya que la puerta del lugar estaba abierta.

—¿Te gusta la casa rodante? Todos tenemos una, nos gusta la privacidad, ¿Sabes? Es útil cuando queremos traer personas, y pasar... tiempo a solas, ya sabes. —El rubio sonrió, se había agachado hasta estar cerca de Taehyung, y avanzaba con cada palabra que daba, poniendo incómodo a el castaño.

Quiso gritarle al tipo que se alejara, pero aún tenía la cinta en la boca, así que solo empezó a patalear, no logrando nada al tener sus pies atados.

—Cariño, quédate quieto. —Kitty sonrió, acariciando la mejilla de el chico, el cual se apartó rápidamente, mirando con el ceño fruncido al contrario.

Taehyung balbuceó algo, haciendo que el otro lo mire curioso. Estaba asustado e incómodo, no quería estar ahí, mucho menos con aquel tipo tan raro.

—¿Qué quieres decirme, lindo? —El de estatura baja quitó la cinta de la boca de Taehyung, con brusquedad y rapidez, haciendo que el castaño se quejara ante el repentino ardor.

—¡Sueltame, idiota! —Gritó Taehyung, intentando no largarse a llorar, en realidad estaba asustado, pero todo lo que quería hacer era gritarle a aquel hombre.

—Auch, pensé que me dirías algo más bonito. ¿Con esa boquita le hablas a tu mamá? Que maleducado. —Kitty sonrió con burla, mientras acariciaba el cabello de Taehyung, el cual quería darle un manotazo pero no pudo al tener sus manos atadas.

—Sueltame ya, te juro que-

Kitty lo interrumpió, acercándose rápidamente hasta su oído, Taehyung se quedó callado ante el repentino movimiento, y empezó a inquietarse al sentir la respiración del rubio tan cerca.

Clown | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora